Roben pero no hagan nada más


Roben pero, por favor, no hagan nada más
29 de Junio de 2013

Se metieron con la carne, nos dejaron sin vacas y sin mercados externos...
Se metieron con el trigo, nos dejaron sin harina y sin pan...
Se metieron con la leche nos dejaron 6.000 tamberos menos.

Se metieron con el petróleo, nos dejaron sin reservas, importando combustible. Se metieron con el dolar, nos dejaron con paralelos, negros, blues y sin reservas. Se metieron con la importación, nos dejaron sin remedios.

Se metieron con los precios, nos dejaron con inflación. Se metieron con el INDEC nos dejaron sin estadísticas. Se metieron con los trenes, nos dejaron muertos y heridos.

Se metieron con Aerolíneas, nos dejaron la Campora y una pérdida millonaria que pagan los pobres. Se metieron con la educación, nos dejaron alumnos cuyas evaluaciones internacionales son las peores del mundo. Se metieron con el fútbol, nos dejaron barras bravas (e Hinchadas Unidas Argentinas).

Se metieron con las cárceles nos dejaron a Vatayón Militante. Se metieron con las madres, nos dejaron con Shoklender y una gran estafa. Se metieron con la historia, nos dejaron sin próceres. Se metieron con los medios nos dejaron un gasto enorme y propaganda oficialista.

Se metieron con la justicia; casi nos dejan sin jueces (y sin República)...

Sigan robando, sabemos que no pueden hacer otra cosa pero, por favor:

Dejen a los productores producir.
A los importadores y exportadores, importar y exportar.
A los comerciantes, vender.
A los consumidores, decidir a quién compran y a qué precio.
A los técnicos y profesionales, manejar las estadísticas.
A los jueces, juzgar.

A los periodistas, informar.
A los maestros, enseñar.
A los historiadores, investigar.

A los artistas, cantar lo que se les canta...

Y a la sociedad, vivir libremente.

Una sociedad libre encontrará más fácil el camino sola que con aprendices de brujos (caros) impulsados por pretensiones totalitarias y cegados por la ideología.

A nosotros, nos conviene.

A Ustedes, también. Ningún mafioso destruye el negocio.

* El autor, Gabriel Vénica es Abogado, Consultor Empresas de Familia, y Profesor en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).

Gabriel Vénica

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