Uruguay achica la brecha entre ricos y pobres


Con récord de empleo, Uruguay achica la brecha entre ricos y pobres
Por Guillermo Pellegrino
Las políticas aplicadas por el Frente Amplio ayudaron a reducir la desigualdad y la pobreza, según la CEPAL.

Montevideo. Especial - 22/01/13 Desde 2005, año en que el frente de izquierda Frente Amplio asumió por primera vez en la historia el gobierno uruguayo, la distribución de la riqueza ha sido un tema de desvelo, tanto para Tabaré Vázquez como para José Mujica. Las políticas aplicadas por ambos presidentes no sólo lograron reducir el desempleo, sino que llevaron a que en los últimos años Uruguay sea reconocido como uno de los países menos desiguales de América Latina.
En el Panorama Social 2012, informe que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dio a conocer días atrás, vuelve a poner en relieve a este país de poco más de 3 millones de habitantes por reducir la pobreza y, a la par, disminuir la brecha entre ricos y pobres.
Según el estudio, desde 2007 (mitad del mandato de Tabaré) a 2011 el quintil de la población más rico pasó de tener el 51,2% de la riqueza al 46,6%. Mientras que el quintil más pobre agrandó en un 0,8% su porción en esa gran torta: en 2007 contaba con el 5% y un lustro después pasó a tener 5,8%.
¿Cómo se ha manejado el gobierno uruguayo para manejar una economía en crecimiento y a la vez distributiva? Para el ministro de Desarrollo Social, Daniel Olesker, la cuestión pasa por tres canales, a su juicio centrales. “El primero que destacaría es el tema ingresos”, afirma a Clarín.
“Hay dos puntos fundamentales: la mejora de los salarios, fruto de la negociación colectiva encarada a mitad de la pasada década; y los impuestos. Antes de 2005 los trabajadores tenían uno al sueldo, una tasa fija –del 2 o el 6%, según el ingreso– que pagaba todo el mundo; después se pasó al impuesto a la renta de personas físicas (IRPF), cuyo mínimo no imponible son poco menos de 19.000 pesos uruguayos (unos mil dólares), y a partir de ahí la tasa es progresiva, paga más quien gana más”.
El mercado de trabajo, según Olesker, también tiene mucho que ver: “Pasar de empleado a desempleado, o de empleo precario a empleo formal es otra forma de adquirir ingreso”, asegura el ministro, y remarca la baja tasa de desempleo, hoy en un 6,3% –aunque hace pocos meses estuvo en 5,5%, el nivel más bajo en décadas–, y el pasaje de un 50% de informalidad en 2004 a un 25% en 2011.
“El tercer canal son los servicios sociales públicos”, graficó Olesker. “El acceso universal a la salud, a partir de una reforma general que se hizo años atrás; a la educación, que al elevar el presupuesto al 4,5% del PBI generó un impacto en el rubro en los barrios de contexto crítico importante; y las asignaciones familiares, que pasaron de 150 mil hijos a 500 mil”.
Desde Santiago de Chile, Ernesto Espíndola, experto de la División de Desarrollo Social de la CEPAL, señaló a Clarín otros ítems que colaboran en la reducción de la desigualdad: programas ocasionales de empleo público, seguros de desempleo y la desconcentración en los ingresos de los hogares.
Espíndola explicó que en la CEPAL no desarrollan un trabajo de campo específico para este tipo de informe: “Los países nos brindan la base de datos de las encuestas de condiciones de vida de los hogares, que en general hacen una recolección exhaustiva de los ingresos de los hogares y las personas”.

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