La cultura, al servicio del poder
Por
Jorge Lanata 06/07/13 El “sayo”, o “saya”, es una prenda tÃpica de la Edad Media. Su
equivalente en el lenguaje actual serÃa “túnica”, pero se denominó sayo
hasta el siglo XVI aproximadamente. El lenguaje trascendió la prenda:
las actitudes cambian menos que la semántica. “Al que le quepa el sayo
que se lo ponga”, se repite aún hoy. Los diccionarios lo traducen asÃ:
“Es una frase que suele aplicarse en el momento en que se hace una
reprimenda o llamado de atención, sin mencionarse quién es el
destinatario, por eso se la deja flotando en el ambiente para que el
interesado la interprete”.
Toda esta perorata para decir que, desde el domingo pasado, cuando presentamos en
Periodismo para Todos
los negocios del Gobierno con algunos intelectuales y hombres del
espectáculo, hubo demasiados que se pusieron el sayo. Como siempre
sucede con el aparato de propaganda, se nos adjudicaron ideas que nunca
sostuvimos. Acorde con los tiempos del sayo, se dijo que buscábamos una
cultura medieval, con un Estado ausente, y que estábamos en contra de la
cultura. Para decirlo de una vez: apoyo el rol del Estado en la
promoción de todo tipo de actividades culturales y artÃsticas, pero creo
que estas deben darse
en un contexto de transparencia y de respeto a las leyes existentes, y esto no sucede en la mayorÃa de los casos.
El
desmedido interés oficial por librar la “batalla cultural” llevó al
Gobierno a “comprar” a vastos sectores de la cultura (aunque hay, claro,
quienes se alinearon sólo por legÃtimo interés y convicciones, hay
otros que lo hicieron sólo por conveniencia monetaria y se esconden hoy
detrás de banderas que ellos mismos quemarán
cuando el viento cambie de sentido).
En
la semana que pasó, todo tipo de personajes salió en defensa de lo que
consideraban un ataque a la cultura: la Presidente tuiteó
“lara-lara-larà ”, evocando a Maradona (¿Quiso decirme
“La Tenés Adentro”
o algo sobre los gorilas? SerÃa bueno que a su edad se animara a
decirlo sin eufemismos…), Coscia me acusó de protagonizar una “caza de
brujas”, una nuevÃsima CAPPA (Cámara Argentina de Productoras Pymes
Audiovisuales, creada en el marco oficial de tener dos CGT, dos CTA, dos
caciques de los Qom, etc: el setenta por ciento de las productoras que
integran CAPPA producen programas para canales del Estado), Télam,
Diario Registrado, Seis Siete Rocho, Laura Ubfal, la legisladora
oficialista porteña Susana Rinaldi (quien dijo que el “asco de Fito” “no
era para tanto”) y otros tantos se golpearon el pecho, alineados.
Hablemos
de algunos hechos: –Según cifras del cine argentino 2013 difundidas por
Ultracine, el cine argentino tuvo, entre enero y mayo, una cuota del
8,3% del mercado. Los setenta y un filmes nacionales se quedaron con
1.364.000 entradas sobre un total de 16.513.000. Si no se hubiese
estrenado
“Tesis sobre un homicidio” (vista por 1.023.000
personas), la producción local tendrÃa el 2% del público. Los otros 70
tÃtulos que se exhibieron durante estos cinco meses (algunos lanzados
durante 2012) debieron conformarse, entre todos, con 341.000
localidades: el segundo largometraje local más elegido fue el de Juan
Taratuto, con menos de cien mil espectadores (98.600 y el puesto
trigésimo octavo en el ranking general). Según publicó Javier Porta Fouz
en
La Nación, “de los 310 estrenos del 2012 cerca de 130 fueron
argentinos (…) pero fue una catástrofe en términos de mercado”. “El
promedio de 115 pelÃculas argentinas –sigue Porta Fouz– fue de 5.350
espectadores (…) y
algunas pequeñas pelÃculas documentales que ostentaron cifras de asistencia de 7 espectadores; 53 de los 130 estrenos llevaron menos de mil espectadores cada uno y 21 de ellos vendieron menos de doscientas entradas”.
–En
2002 el INCAA contaba con una planta de 75 empleados. En 2012 tenÃa 643
empleados estables y unos doscientos contratados. En 2002 invertÃa el
65% de sus fondos en financiar pelÃculas, hoy destina sólo el 51%, según
escribió
Gerardo Young en este diario.
–Liliana Mazure,
presidenta del INCAA, quien secunda a Juan Cabandié en la lista de
candidatos del FPV por Capital, ex esposa de Jorge Topo Devoto,
productor de la pelÃcula de Néstor, es investigada en por lo menos
doce causas penales por irregularidades.
(Causa 12021/9 que tramita ante el juzgado Federal 7 y fue anexada a la
causa 4.500 en la que se investiga al ex titular del INCAA y actual
secretario de Cultura Jorge Coscia).
–Mazure otorgó como
funcionaria del INCAA lo que solicitó como particular en los siguientes
actos administrativos: a) Resolución 1474 de 2008 concedió un plazo de
120 dÃas para el inicio del rodaje de “Pare, mire y escuche”.
b)
Otorgó un crédito de 270.000 pesos, refrendando la resolución Alberto
Urthiague, gerente de Fomento, a quien le peticionara como productora de
cine.
c) Lo mismo sucedió con “La Mosca en la ceniza”, otra pelÃcula de Arca Difusión, su antigua productora,
montada en su época de funcionaria de Grosso;
su socio en la Cooperativa Kaos, Luis Barone, hace aporte de cámara y
luces por 71.000 pesos y luego como integrante del Comité de Crédito
recomienda otorgar uno por 700.000.
–La Cooperativa Kaos recibió
durante las tres últimas administraciones del INCAA todo tipo de
créditos: por la pelÃcula “Zenytram” 1,5 millón, por “Los Inmortales”
1,3 millón, por “Fumar no es un vicio como cualquier otro”, un millón y
por “Pasión de Multitudes” 1,6 millón.
–El 12 de marzo de 2009 la
Oficina Anticorrupción le impidió a Mazure celebrar contratos con Arca
Difusión, de la que habÃa sido su presidenta y que dirigÃa una de sus
hijas.
La OA aplicó la Ley de Etica Pública.
–El
productor Marcelo Schapces, ex compañero de exilio de Mazure en Mexico,
también cobró 1,7 millón para producir “Luca”, una cifra insólita en el
paÃs para un documental, y otro tanto para “El vestido”, que dirigió
Paula de Luque.
-Paula de Luque dirigió la pelÃcula de Néstor
(calificada en IMDB con 2 puntos; los “plots keywords” del sitio para
buscar a De Luque son “political propaganda” y “cine militante”) y su
“obra” fue definida por el
The New York Times como
“una propaganda de Fútbol para Todos que dura 90 minutos”.
-La
causa contra Coscia por negociaciones incompatibles con la función
pública en el INCAA está ahora en el juzgado de Casanello, y acumula
otras seis denuncias penales. Fue sobreseÃda en primera instancia por
Oyarbide,
pero la Cámara revocó el sobreseimiento y la causa volvió a primera instancia.
–Otra
causa contra Coscia fue iniciada por el abogado Monner Sans y lleva el
número 13623 del juzgado de Servini de CubrÃa. Allà Monner se pregunta
por una sociedad de Coscia con su amigo VÃctor Ramos en Cinema Digital,
que produce por $ 600.000 documentales que costarÃan 200.000 en el
mercado; se extraña por la mudanza del funcionario de una casa en
Caballito a una mansión en Colegiales, denuncia la existencia
de facturas falsas y facturas compradas, la adquisición de dos terrenos en Cariló y una casa de 300 metros cuadrados a dos años de su asunción al frente del Instituto.
Nada de esto tiene que ver con la cultura. Es tan ajeno como que el ministro de Planificación, Julio De Vido,
subsidie miniseries de televisión
a productoras comerciales importantes a través de un organismo
universitario (?). También fueron un fracaso. Dinero de todos para que
vivan mejor algunos.
Investigación: JL/MarÃa Eugenia Duffard/Amelia Cole
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