El Gobierno, sin capacidad de respuesta
Por Susana Viau para ClarÃn
30/12/12
Los saqueos del jueves 20 y el viernes 21 dejaron en offside la obsesiva campaña del Gobierno contra el Grupo ClarÃn
. El ministro de Justicia Julio Alak, portaestandarte de la ley de
medios, se llamó a silencio y el titular de la AFSCA MartÃn Sabbatella
desapareció de los primeros planos. Si la enorme manifestación ciudadana
del 8 de noviembre obligó a poner en el freezer los planes de
re-reelección, el asalto a supermercados y pequeños comercios registrado
en distintos puntos del paÃs convertÃa en extemporáneo cualquier
intento de adjudicar a los medios independientes los males del mundo. La
realidad habÃa irrumpido con virulencia y modificaba la monotemática
agenda oficial.
Cristina Fernández se refirió a estos acontecimientos –novedosos en los casi 10 años de administraciones K– muy tarde , una semana después. Lo hizo para minimizar su importancia, adjudicar culpas a su partido, el PJ, y a los sindicalistas Hugo Moyano y Pablo Micheli. También para caratular los sucesos como “robo en poblado y en banda” y anunciar el monto de las penas que, en su opinión, corresponden. “De 5 a 15 años”, anticipó exagerando las disposiciones del Código Penal que en su artÃculo 167, inciso 2, establece para esa figura condenas que van de los 3 a los 10 años.
La referencia encerraba, de todos modos, un claro mensaje a los tribunales , las pautas con que, de acuerdo a la lógica oficial, deberán ser procesados los detenidos durante las dos jornadas. Para algo “esta Presidenta”, arquitecta egipcia, abogada exitosa, combatiente del fuego, brigadista (asà se habÃa llamado a sà misma un momento antes) y ahora también recaudadora y fiscal, “se encarga de juntar la plata” para pagar sus salarios, sus edificios, sus aumentos. Semejantes expresiones no son producto de una confusión. Son el núcleo de una concepción del poder en la que quien lo detenta es mucho más que el jefe del Estado: es el Estado mismo; revelan con extraordinaria claridad el enorme rol que Cristina Fernández se asigna a sà misma y el insignificante papel que le reserva a las instituciones. Algo de esto insinúan el historiador Natalio Botana y la socióloga Liliana De Riz cuando coinciden en señalar que a la Argentina le sobra gobierno y le falta Estado .
Pero el acto previsto para la entrega de autobombas y la licitación para fabricar 600 mil netbooks, habÃa tenido un prólogo: la inauguración, por videoconferencia, de tramos de ruta en Balcarce y en Entre RÃos y el fin de las tareas de parquización, realizadas a la entrada de la provincia de San Juan. En cada uno de esos lugares, flanqueando al intendente José Enrique EcheverrÃa y a los gobernadores Sergio Uribarri y José Luis Gioja, habÃan colocado a un viejo corredor de Turismo Carretera, a un joven corredor de Turismo Carretera y a “Coco”, ex poblador de una villa de emergencia erradicada, agradecidÃsimos todos por las obras iniciadas durante el mandato de un “pingüino” y concluidas bajo la gestión de una “pingüina”.
Los Santos Inocentes . Sólo faltaba Régula, la criada, diciendo al señorito Iván “aquà estamos de nuevo para lo que guste mandar”.
Fue una respuesta demasiado débil para tamaño descalabro. Tanto, que ni la expropiación de La Rural, ni el fatÃdico coup de chaleur de Winner, el oso polar del zoológico de Buenos Aires o el video Ãntimo de Florencia Peña, difundido por el empresario K Sergio Szpolski pudieron eliminar las huellas que las imágenes de los saqueos dejaron en las retinas de los argentinos. Es que el Gobierno ha perdido la enorme capacidad de respuesta que lo caracterizaba , ha agotado su vitalidad para la reacción, el látigo ya no lastima tanto y la billetera que manejaba con mano de hierro está enflaquecida . A la par que crece la nómina de los enemigos del cristinismo, se profundiza su incapacidad para construir nuevas alianzas ; aumentan los ruidos internos en el justicialismo y La Cámpora ha mostrado ya que no conseguirá –al menos en el corto plazo– sustituir con eficacia esa estructura; la pelea contra el Grupo ClarÃn se prolonga más allá de lo conveniente y hoy desgasta más al Gobierno que a su adversario; el Poder Judicial y la Corte no se disciplinan tanto como el Gobierno quiere; el partido en el poder no ha resuelto todavÃa el problema de su sucesión y, para mal de males, hasta la relación con Daniel Scioli ha comenzado a equilibrarse. Es verdad que el gobernador de Buenos Aires aún depende de los fondos de la Nación, pero el kirchnerismo necesita con desesperación su caudal de votos. El señor de La Ñata lo sabe y aprovecha la volada para ampliar sus márgenes de autonomÃa.
Con todo, quizás el problema más grave resida en las dificultades de la Presidenta y sus hombres de confianza para leer la situación, para percibir el mal humor social por los 20 ó 22 puntos de pobreza, por la presión impositiva, por el deterioro de los servicios y los aumentos de tarifas, por la inseguridad y las sobreactuaciones inútiles del secretario del área.
La Presidente insistió el jueves en hacer causantes de sus desventuras “a los agoreros, a los profetas del odio y el desánimo”. Creonte rechazaba los advertencias de Tiresias porque creÃa que “todos los adivinos son iguales: siempre apegados a la ganancia”. Sólo al final comprendió que debÃa enmendar su tremendo error. Era tarde. HabÃan muerto su hijo Hemón y su mujer EurÃdice. Sobre una montaña de desgracias, el Corifeo recordaba al público que la cordura es la base de la felicidad y una reverencia a los dioses. Y sobre todo que la altanerÃa pierde al hombre .
Cristina Fernández se refirió a estos acontecimientos –novedosos en los casi 10 años de administraciones K– muy tarde , una semana después. Lo hizo para minimizar su importancia, adjudicar culpas a su partido, el PJ, y a los sindicalistas Hugo Moyano y Pablo Micheli. También para caratular los sucesos como “robo en poblado y en banda” y anunciar el monto de las penas que, en su opinión, corresponden. “De 5 a 15 años”, anticipó exagerando las disposiciones del Código Penal que en su artÃculo 167, inciso 2, establece para esa figura condenas que van de los 3 a los 10 años.
La referencia encerraba, de todos modos, un claro mensaje a los tribunales , las pautas con que, de acuerdo a la lógica oficial, deberán ser procesados los detenidos durante las dos jornadas. Para algo “esta Presidenta”, arquitecta egipcia, abogada exitosa, combatiente del fuego, brigadista (asà se habÃa llamado a sà misma un momento antes) y ahora también recaudadora y fiscal, “se encarga de juntar la plata” para pagar sus salarios, sus edificios, sus aumentos. Semejantes expresiones no son producto de una confusión. Son el núcleo de una concepción del poder en la que quien lo detenta es mucho más que el jefe del Estado: es el Estado mismo; revelan con extraordinaria claridad el enorme rol que Cristina Fernández se asigna a sà misma y el insignificante papel que le reserva a las instituciones. Algo de esto insinúan el historiador Natalio Botana y la socióloga Liliana De Riz cuando coinciden en señalar que a la Argentina le sobra gobierno y le falta Estado .
Pero el acto previsto para la entrega de autobombas y la licitación para fabricar 600 mil netbooks, habÃa tenido un prólogo: la inauguración, por videoconferencia, de tramos de ruta en Balcarce y en Entre RÃos y el fin de las tareas de parquización, realizadas a la entrada de la provincia de San Juan. En cada uno de esos lugares, flanqueando al intendente José Enrique EcheverrÃa y a los gobernadores Sergio Uribarri y José Luis Gioja, habÃan colocado a un viejo corredor de Turismo Carretera, a un joven corredor de Turismo Carretera y a “Coco”, ex poblador de una villa de emergencia erradicada, agradecidÃsimos todos por las obras iniciadas durante el mandato de un “pingüino” y concluidas bajo la gestión de una “pingüina”.
Los Santos Inocentes . Sólo faltaba Régula, la criada, diciendo al señorito Iván “aquà estamos de nuevo para lo que guste mandar”.
Fue una respuesta demasiado débil para tamaño descalabro. Tanto, que ni la expropiación de La Rural, ni el fatÃdico coup de chaleur de Winner, el oso polar del zoológico de Buenos Aires o el video Ãntimo de Florencia Peña, difundido por el empresario K Sergio Szpolski pudieron eliminar las huellas que las imágenes de los saqueos dejaron en las retinas de los argentinos. Es que el Gobierno ha perdido la enorme capacidad de respuesta que lo caracterizaba , ha agotado su vitalidad para la reacción, el látigo ya no lastima tanto y la billetera que manejaba con mano de hierro está enflaquecida . A la par que crece la nómina de los enemigos del cristinismo, se profundiza su incapacidad para construir nuevas alianzas ; aumentan los ruidos internos en el justicialismo y La Cámpora ha mostrado ya que no conseguirá –al menos en el corto plazo– sustituir con eficacia esa estructura; la pelea contra el Grupo ClarÃn se prolonga más allá de lo conveniente y hoy desgasta más al Gobierno que a su adversario; el Poder Judicial y la Corte no se disciplinan tanto como el Gobierno quiere; el partido en el poder no ha resuelto todavÃa el problema de su sucesión y, para mal de males, hasta la relación con Daniel Scioli ha comenzado a equilibrarse. Es verdad que el gobernador de Buenos Aires aún depende de los fondos de la Nación, pero el kirchnerismo necesita con desesperación su caudal de votos. El señor de La Ñata lo sabe y aprovecha la volada para ampliar sus márgenes de autonomÃa.
Con todo, quizás el problema más grave resida en las dificultades de la Presidenta y sus hombres de confianza para leer la situación, para percibir el mal humor social por los 20 ó 22 puntos de pobreza, por la presión impositiva, por el deterioro de los servicios y los aumentos de tarifas, por la inseguridad y las sobreactuaciones inútiles del secretario del área.
La Presidente insistió el jueves en hacer causantes de sus desventuras “a los agoreros, a los profetas del odio y el desánimo”. Creonte rechazaba los advertencias de Tiresias porque creÃa que “todos los adivinos son iguales: siempre apegados a la ganancia”. Sólo al final comprendió que debÃa enmendar su tremendo error. Era tarde. HabÃan muerto su hijo Hemón y su mujer EurÃdice. Sobre una montaña de desgracias, el Corifeo recordaba al público que la cordura es la base de la felicidad y una reverencia a los dioses. Y sobre todo que la altanerÃa pierde al hombre .
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