Si hay miseria que no se note

Si hay miseria que no se note
Por Alejandro Borensztein

26/04/14

Esta semana resonaron dos frases dichas por la Compañera Jefa y la Compañera Oggi Junco: “Hay que ocuparse de la pobreza y no de mí” y “el arroz me constipa un poco”. Esto no tendría ninguna importancia si no fuera que, contrariamente a lo que se podría suponer, quien habló sobre la pobreza fue Oggi Junco y quien lo hizo sobre la constipación fue la Presidenta. Hacer humor con esto es no tener piedad, ni misericordia, ni compasión, ni códigos, ni nada. Así que pasemos rápidamente a la oposición que, por suerte, se está empezando a poner más divertida.
Una amplia coalición de socialistas, radicales, independientes e izquierdas varias, se presentó ante el país como el nuevo Frente Amplio UNEN con un elenco que incluye, entre otros, a Lilita, Margarita, Binner, Donda, Prat Gay, Alfonsín, Lousteau, Sanz, Roy Cortina, Tumini, Pino, Cobos y vos.
Ni bien esta gente apareció en el escenario, el Gobierno y toda su falange neofascista de propaganda los acusó de ser una mezcolanza impresentable. Nada que ver con esa maravillosa homogeneidad kirchnerista de Alperovich y Verbitsky, Boudou y Kunkel, Milani y Hebe, D’Elía y Filmus o Forster y Othacehé (en realidad, ahora Othacehé se fue, pero hasta hace un ratito lo trataban como si fuera Rosa Luxemburgo).
Una coalición de centroizquierda, aunque medio agarrada con alfileres, es una buena noticia para el sistema democrático.
La figura más carismática que tienen y con mejor capacidad de comunicación es Lilita, a quien todos debemos cuidar, querer, mimar, contener, abrazar, besar, reconocerle su honestidad, su integridad, y hacer todo lo posible para que, Dios nos libre y guarde, nunca llegue a ser Presidenta.
Algo parecido sucede con Pino a quien también, por el bien de todos, hay que tratar de mantenerlo lo más lejos que se pueda de la Rosada. Podrían darle un Superministerio de Minería, Agua, Arboles, Trenes y Petróleo, ya que para esas cosas es un rompe pelotas incansable. Por ahí le agregaría la Subsecretaria de Poleras para que se quede más contento, pero no mucho más.
Eso despeja el camino hacia las tres figuras que quedarían: Binner, Cobos y Sanz. Por ahora, los que tienen la mejor intención de voto son Binner y Cobos, un dúo que jamás hubiera triunfado en Broadway.
Por alguna extraña razón se olvidan de Margarita Stolbizer, quien curiosamente es la que más votos juntó en las elecciones del año pasado con 1.050.000 en Provincia, comparados con los 589.000 votos de Pino y Carrió en Capital, y los 487.000 de Cobos en Mendoza. Es verdad que ella tiró la red en un mar que tiene mucho más peces, y el porcentaje obtenido es menor, pero de todos modos, con una mejor producción, y una buena estructura de comunicación podría dar una onda Bachelet. Pero para todo eso hace falta guita, asunto con el que estos principistas de la democracia siempre tienen problemas y por eso nunca aprenden a juntar un sope. Todo lo contrario de Aníbal Fernández quien, viendo como todos se rajan mientras el kirchnerismo se viene en banda, dijo: “Ma sí, yo me compro el BMW y se van todos a la puta que los parió”.
Inmediatamente se abrió la discusión sobre la posibilidad de un acuerdo con Macri. ¿Qué tienen en común? Básicamente, el “no peronismo”. Aunque con Santilli y Ritondo del lado de Macri y Pino del lado de UNEN, es un “no peronismo” con el preservativo pinchado.
¿Qué los separa? Posiblemente todo las demás. Pregúntenles qué piensan de YPF, de Aerolíneas, de las AFJP, de la relación con EE.UU. o con Venezuela, de los 70 y se pudre todo en un minuto.
¿Qué se aportarían entre ellos? En principio, lo que no tiene el otro. El Compañero Mauri aporta la popularidad de la que carecen todos los otros juntos, además del Metrobus, el Colón, los nuevos distritos de la Ciudad, las Libertadores, las Intercontinentales, los dos goles de Palermo contra el Real Madrid, el Topo Gigio de Riquelme y alguna que otra cosita más.
Por su parte, los de UNEN pueden aportarle alguno que sepa de política. Tampoco hace falta un erudito, alcanzaría con alguien que les explique a los del PRO que Levingston no era una marca de electrodomésticos y que la Multipartidaria no es una fecha del campeonato en la que todos los partidos se juegan el mismo día a la misma hora.
Frente a esta situación, Scioli y Massa se ven venir un combo que los podría complicar bastante y obligarlos a tener que mirarse entre ellos con cariño.
Para colmo, siempre se ha dicho que la Presidenta apuesta a un triunfo de Macri para quedar como la jefa de la oposición peronista, y borrar de un plumazo al Compañero Lancha y al Compañero Cámaras de Seguridad. Suena perverso, pero ya sabemos que la perversión es una especialidad de la casa. También es cierto que, viendo la serie norteamericana House of Cards, eso no es exclusivo de estas tierras. Para los que no la vieron, es la historia de un matrimonio de políticos que, tanto él como ella, son unos inescrupulosos absolutos, se llevan la ley por delante, usan el Estado en beneficio propio, y son capaces de hacer cualquier cosa con tal de acumular cada vez más poder. Aclaración: no son los Kirchner, se trata de Mr. and Mrs. Underwood.
Ante todo este panorama, ¿qué podrían hacer Scioli y Massa? En principio, huir. La otra opción sería juntarse en un plan tipo “Scioli presidente, Massa gobernador” y un pagaré que diga que en 2019 Scioli fondea la lancha en el Pajarito y lo deja pasar al otro. Al fin y al cabo, Massa es más joven y puede esperar.
Tiene suficiente tiempo para volver a ser K, pasarse al radicalismo, militar en el PO, afiliarse al PSOE español, o pelear la interna en el Jiyú-Minshutó de Japón.
A Scioli sólo le queda escapar hacia adelante y tener que poner la cara por lo que hace el gobierno, incluido cuando anuncian que el 2,6% de inflación en marzo (35% anual) es una buena noticia porque es menos que en febrero. O cuando explican que no pueden decir cuántos pobres hay porque no tuvieron tiempo, pero seguro que hay muchos menos (que en Etiopía). Se ve que están muy ocupados contando cuántos Cedín colocaron.
Si es cierto que, aun habiendo bajado el desempleo, seguimos teniendo la misma cantidad de pobres que en los 90 o más, quiere decir que en la década ganada laburar no sirvió para nada.
No es fácil la de Scioli. Al kirchnerismo de estos tiempos, ya se le anima cualquiera.
Hasta Oggi Junco les toca el culo.