Boudou es la punta
de un iceberg. Pero no del iceberg del negociado de Ciccone, sino de
los negociados con la importación de energía y la gran obra pública
donde, ahí sí, se manejan miles de millones de dólares. Sólo el juego,
un negocio menor frente a los otros dos, son mil Ciccone.
Está muy bien comenzar por donde dejaron más huellas, pero no hay que
conformarse. Ciccone es un negocio minúsculo. Ninguna imprenta del
mundo, ni aun la que pueda imprimir billetes, es muy rentable. Los
Ciccone no estaban quebrados porque este gobierno había dejado de
pagarles algunos trabajos. Ciccone vivía en cesación de pagos desde
hacía décadas y siempre se salvó por tratarse de la única imprenta
privada con capacidad de imprimir billetes. Debería haber sido
nacionalizada mucho antes. El desgobierno, y especialmente la codicia
del “chiquitaje” de personas que previamente al kirchnerismo eran
monotributistas, o cercanos a esa calificación patrimonial, crearon este
escándalo. El millón de dólares que The Old Fund (ya el nombre parece
un chiste) cobró por intermediar en la refinanciación de la deuda de la
provincia de Formosa es menos de lo que dejan las tragamonedas de
Cristóbal López en un día.
Una señal de la dimensión del negocio de impresión de Ciccone surge
de la cantidad de empleados que ocupa: sus algo más de 200 trabajadores
indican claramente que se trata de una empresa mediana cuyas potenciales
ganancias hicieron que no se interesaran todos los candidatos a quienes
los Ciccone trataron de venderles antes de tener que llegar a Boudou.
La deuda que tenía con la AFIP de 239 millones de pesos es otra señal de
magnitud: si la empresa valiese algo comparable, podría no haber
desembocado en una quiebra.
Aun quienes especulan con que la familia Kirchner es corrupta saben
que la imprenta Ciccone sería un activo muy poco atractivo en términos
de rentabilidad. El foco de la corrupción grande se concentra en el 20%
de más que la Argentina paga por la energía que importa comparado con el
precio de mercado para negociaciones de alto volumen y duración. Eso
suma miles de millones de dólares acumulados en la última década.
También especulan con que al menos una cuarta parte de las acciones
de las empresas de Cristóbal López y de las de Electroingeniería, sumada
a la gran mayoría de las acciones de las empresas de Lázaro Báez,
podría ser, directa o indirectamente, de los Kirchner y sus allegados.
Una sola represa también cuesta miles de millones de dólares.
Lo mismo sucede con los subsidios, muchos de los cuales se cree que
no son eliminados porque integran una cadena de retornos. Desde aquel
famoso “robo para la corona” atribuido a Manzano en los 90, pasando por
el argumento de los últimos años sobre que “se roba para hacer
política”, se podría llegar hasta que “se hace política para robar”.
Las formas de corrupción más descaradas comenzaron a hacerse notar
con Menem y siguieron expandiéndose en los últimos años, lo que permite
suponer que, si no se les opone una fuerza disciplinadora desde algún
poder del Estado, seguirán desarrollándose.
A fines del menemismo también hubo clima social de preocupación con
la corrupción, típico del fin de un ciclo. Pero luego, llegado cada
nuevo gobierno, “los poderes fácticos” se concentraron en obtener
beneficios produciéndose un clima de conformismo. Y con la condena de
una persona como María Julia, que además no era del peronismo
(característica que comparte con Boudou), se apaciguó el clima de
agitación y todo se olvidó. El peligro es que se repita la historia con
el nuevo gobierno.
Ya en los 90 Moneta y el CEI tuvieron el modus operandi de comprar
medios de comunicación para ponerlos al servicio del gobierno de turno,
mostrando que el círculo de prebendas del Estado puede no agotarse sólo
en la corrupción. Y retroalimentarse en otro mal, el de la
desinformación, cuyas consecuencias para el sistema político y
democrático son aun peores. Parafraseando lo anterior, se tendría medios
para robar.
Resulta sugerente que las mismas empresas vinculadas a beneficios del
Gobierno, todas ellas, hayan decidido invertir en la compra de medios
de comunicación. Demasiadas coincidencias para no sospechar alguna
conexión de un tema con otro.
Los efectos de la corrupción podrían no limitarse a sus consecuencias
económicas y éticas, pasando a ser una cuestión de Estado estratégica y
central para el futuro.
En la
contratapa del
domingo pasado ya se comenzó a argumentar sobre la conveniencia de un
mani pulite que trascienda en mucho a Boudou. Y en esta edición varios
columnistas reflexionan sobre el tema. Entre ellos, nada menos que el
propio Antonio di Pietro, el fiscal que originó el mani pulite en
Italia.
Es importante remarcar la diferencia entre que sea la propia Justicia
la encargada de combatir este flagelo y no una comisión parlamentaria
como la de Antilavado en 2001, porque es poco posible imaginar a la
clase política juzgándose a sí misma. Como se habló de una especie de
Conadep de la corrupción, vale recordar que en 1985 los militares pedían
ser juzgados por tribunales militares.
Si el Poder Legislativo no podría, menos aun el Ejecutivo, porque los
principales candidatos a presidente 2015, Scioli, Massa y Macri,
arrastran la inercia de sus gestiones: los tres han tenido ya
negociaciones con Cristóbal López, por ejemplo.
La mayoría de los columnistas de PERFIL coinciden en que no es necesaria
la creación de instituciones más allá de las existentes, ni de
tribunales especiales. No hace falta más que jueces con la determinación
que viene demostrando Lijo en el caso Boudou.
Desde Carta Abierta se ha sostenido que hacer eje de la política en
el tema de la corrupción es superficial. Tienen razón, no es como dice
Carrió, que si se termina la corrupción se solucionan todos los
problemas de la economía. Pero si no se soluciona el problema de la
corrupción, se corre el riesgo de que no se pueda solucionar el problema
de la política. Y eso sí hace al sistema como un todo.
0 Comentarios
Estimado Troll o leecher, usuario fake (que se hace pasar por otro usuario); o usuario títere ( que se hace pasar por varios y diferentes usuarios), no desperdicie su tiempo ni el mío. Si me parece que el comentario no aporta nada positivo, el mismo será eliminado. Este Blog es un espacio personal en el que el titular no tiene tiempo ni ganas de explicar que no, no cree que las Abuelas de Plaza de Mayo merezcan el premio Nobel; ni que los Dictadores Militares sean inocentes; o que Fidel Castro fue el único gobernante democrático de Latinoamérica en los últimos 50 años; o que Israel es un estado humanitario y justo; o que Kristina vino a salvar al pueblo y es del pueblo.
Abra su propio Blog para esos comentarios.
Es gratis.