Néstor hacía negocios


Néstor hacía negocios y "los argentinos se encogen de hombros"
En otro extracto de su nuevo libro, Santiago O'Donnell cuenta cómo EE.UU. miraba la compra de dólares del expresidente.


(Extracto del libro PolitiLeaks de Santiago O'Donnell)
En otros tiempos del gobierno de Cristina Kirchner, cuando no había dólar tarjeta, dólar ahorro ni dólar blue, su marido Néstor compró dos millones de dólares a secas, según él, para adquirir un hotel en Calafate. La compra se hizo en 2008, pero la noticia estalló a fines de enero de 2010, filtrada por el entonces presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Martín Redrado. En esos días, Redrado se había ganado la enemistad del Gobierno al negarse a autorizar la transferencia de reservas del Banco Central para financiar un fondo especial que Cristina Kirchner había creado por decreto con el fin de garantizar el pago de los intereses de la deuda externa.
Poco antes de ser forzado a renunciar, Redrado buscaba resistir el embate del Gobierno contraatacando con munición gruesa: filtró a la prensa una lista de funcionarios kirchneristas que habían comprado dólares mientras el Gobierno insistía en la supuesta conveniencia de invertir en pesos. A la cabeza de esa lista figuraba nada menos que Néstor Kirchner. La noticia motivó un cable de la embajada estadounidense el 2 de febrero de 2010, que lleva la firma de la entonces embajadora Vilma Socorro Martínez y que fue filtrado por WikiLeaks.
El cable describe la compra millonaria de dólares por parte de Néstor Kirchner como un acto éticamente indefendible y posiblemente criminal, amén de un indicio del presunto enriquecimiento ilícito de la pareja presidencial.
A pesar de la gravedad del asunto, el cable dice que probablemente no habría  repercusiones serias, ya que Néstor había contado una “linda historia” para justificar la compra de los dólares, y que muchos argentinos simplemente se encogerían de hombros por haberse acostumbrado a que sus gobernantes se llenaran los bolsillos.
El cable empieza con una síntesis que deja claro que en los Estados Unidos no están acostumbrados a que sus presidentes hagan negocios privados y se enriquezcan durante sus mandatos. (...) “Sumario: tras informes de prensa a fines de enero informando que el marido de la Presidenta, Néstor Kirchner (NK), había comprado casi dos millones de dólares en divisas estadounidenses en octubre de 2008, políticos opositores y comentaristas políticos han encendido nuevas alarmas sobre el presunto enriquecimiento ilícito de la pareja presidencial. El tema es si NK y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pueden haberse beneficiado con las fluctuaciones cambiarias basándose en su capacidad para influir, o al menos anticipar mejor, la tasa de cambio en base a ‘información privilegiada’.”
“Varios juristas han sido citados en los diarios diciendo que dudan de que se puedan presentar cargos criminales en contra de NK, pero a la vez lamentan lo que podría ser una falta ética grave. En un correo electrónico sin precedentes emitido por la Casa Rosada en nombre de NK el 2 de febrero, el ex presidente dice que usó los dólares para completar la compra de un hotel en Santa Cruz, un par de semanas después. Por lo tanto, argumentó, no tienen sustento las acusaciones de que se benefició con la subsecuente suba del dólar respecto del peso”.
El cable continúa con una descripción de cómo la noticia se filtró a partir de la pelea de Redrado con el Gobierno. “El tema de las compras de divisas por parte de miembros del gobierno de Kirchner salió a la luz en medio de la pelea que rodea el reemplazo del presidente del Banco Central, Martín Redrado. Según Clarín, el 24 de enero Redrado había amenazado con revelar la ‘lista de amigos del poder’ que compraron dólares. La sugerencia de conducta impropia generó una dura respuesta del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien señaló que, como funcionario público, Redrado está obligado a revelar cualquier información que pudiera tener sobre actividades ilícitas en cualquier caso. El abogado de Redrado pronto negó que su cliente hubiera hecho esa declaración a Clarín, pero el diario ratifica su información”.
A continuación, el cable recuerda que, cuatro días después de la presunta amenaza de Redrado, una lista de “amigos del poder” se filtró a la prensa. La encabezaba Néstor Kirchner e incluía a Hugo Moyano, en ese momento uno de los aliados más importantes que tenía el Gobierno.
“El 28 de enero, un sitio web y la prensa después informaron detalles de las compras de dólares. El diario Clarín prestó mayor atención a las compras por casi dos millones de dólares por parte del ex presidente/‘primer esposo’ Néstor Kirchner en octubre de 2008. Otros políticos y amigos de los Kirchner aparecen en la lista de grandes compradores, incluyendo al gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, al gobernador de Tucumán, José Alperovich, y al dirigente gremial Hugo Moyano”.
Cuatro días después de la publicación de la lista llegó la respuesta del Gobierno, sigue el cable. (...) “El 1º de febrero, el jefe de Gabinete, Fernández, y el ministro de Economía, Boudou, reconocieron la compra de divisas por parte de NK pero hicieron notar que era completamente legal, dentro de las leyes que permiten a un ciudadano comprar hasta dos millones de dólares por mes. CFK hizo declaraciones públicas similares. No obstante, artículos de prensa enfatizaron que el peso se había depreciado significativamente en relación con el dólar en octubre de 2008 y en los meses subsiguientes, sugiriendo que NK y sus aliados habían comprado los dólares para obtener una ganancia”.
El cable sigue con una serie de críticas de los políticos opositores Juan Carlos Morán (Coalición Cívica), Ricardo Gil Lavedra y Manuel Garrido (Unión Cívica Radical).
Después dice que es improbable que Néstor Kirchner sea condenado penalmente por la compra, pero califica la operación cambiaria como una “violación significativa de la confianza pública”.
“La mayoría de los juristas duda de que se pueda presentar un caso penal en contra de NK. La compra en sí fue legal, hicieron notar, y hasta ahora no surgen evidencias de una intervención para alterar la tasa de cambio o de que NK poseyera algún tipo de información privilegiada de una depreciación del peso con respecto al dólar.”
“Un punto menor es que NK no era, al momento de la operación, un funcionario público. Sin embargo, todos los juristas coincidieron en señalar que lamentablemente la falta ética fue significativa. Que alguien tan cercano al poder, con acceso a información sobre las políticas del Gobierno, haya hecho grandes compras de dólares es una violación significativa de la confianza pública. (Más todavía, señalan algunos, cuando NK es considerado ampliamente quien toma las decisiones clave en el área económica del gobierno de su esposa, aun cuando su rol no esté formalizado.)”
A continuación, el cable consigna la explicación de Néstor Kirchner: necesitaba pagar la compra del hotel Alto Calafate.
“En una indicación de que esta historia amenaza políticamente a los Kirchner, NK tomó la decisión sin precedentes de ofrecerle su propia explicación a la prensa en la forma de un correo electrónico el 2 de febrero.”
“En una respuesta corta, pero en apariencia coherente, a las crónicas ‘malintencionadas’ de la prensa, Kirchner dijo que el 6 de noviembre de 2008 adquirió una participación significativa en la firma hotelera Hotelsur SA, propietaria del hotel Alto Calafate. Para hacer esa compra en dólares había realizado tres compras de divisas durante el mes de octubre. Como los dólares se gastaron casi inmediatamente, subraya, ‘no hubo posibilidad de ganancia en la operación cambiaria’”.
Para la embajada, la explicación del ex presidente no resultó demasiado convincente. Tanto es así que tituló su comentario final con la siguiente frase: “Una linda historia, si la puede sostener”. El cable concluye que es probable que el Gobierno no pague mayores costos por las revelaciones sobre las grandes compras de dólares por parte de Néstor Kirchner y de figuras cercanas al Gobierno, ya que para los argentinos este tipo de comportamiento por parte de sus máximos dirigentes resulta, si no tolerable, al menos esperable.
(*) Publicado en la edición impresa del diario PERFIL.

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