Cómo recaudar más sin crear nuevos impuestos: con inflación


Cómo recaudar más sin crear nuevos impuestos: con inflación
Por Ismael Bermúdez
No se actualizan los mínimos no imponibles y así más personas resultan gravadas.

16/04/14
Ayer la Corte Suprema ratificó que el Poder Ejecutivo no puede fijar impuestos y que sólo el Congreso dispone de esas facultades.
Esa impugnación del Alto Tribunal abarca al período marzo-agosto de 2002 ya que después tanto el Gobierno de Eduardo Duhalde como los de Néstor y Cristina Kichner tomaron la preocupación de que el Congreso le otorgara facultades para ratificar todas las normas aprobadas por decretos o por resoluciones. Y algo más: aunque dijeron ser críticos de la política de los 90, Duhalde y los Kirchner mantuvieron todos los aumentos impositivos de la convertibilidad como la suba de las alícuotas de ganancias, del IVA al 21% o el impuesto al cheque que sancionado, por un año, fue sucesivamente prorrogado.
La realidad es que el Gobierno se las ingenia para recaudar cada vez más sin crear formalmente nuevos impuestos y sin que lo haga el Congreso. Por eso resulta falaz la reiterada afirmación de la Presidenta Cristina Kirchner de que “subimos la recaudación sin crear nuevos impuestos”.
El mecanismo más conocido de esta mayor “presión tributaria” es el de no ajustar por inflación la base imponible de los impuestos. Así, la inflación es un socio privilegiado de la AFIP.
En el caso de ganancias, el Gobierno fue muy lejos porque además de no actualizar el minino no imponible y demás deducciones se las arregló para dejar congeladas al nivel del año 2000 las escalas sobre las que se aplican las alícuotas.
Eso lleva a que “sin subir el impuesto”, los trabajadores que hoy ganan en términos reales lo mismo o inclusive menos que 14 años atrás, pagan una tasa efectiva que más que duplica lo que abonaban en 2000. Con un agravante: trabajadores con sueldos medios están alcanzados por la tasa máxima del 35% como si fuesen personas de altísimos ingresos, Lo mismo pasa en bienes personales o en el impuesto “a la riqueza” que se mantiene con una base imponible de $305.000 desde 2007. Si se hubiese ajustado por inflación a los valores de 2001, ahora debería ser de un millón de pesos. Por eso quienes solo poseen con un auto y un departamento pequeño tienen que pagar este impuesto que paradójicamente sigue siendo considerado “de riqueza”.
Otro mecanismo es el de los anticipos que lleva a que la AFIP recaude, como su nombre lo indica “por anticipado” en base a lo realizado en el ejercicio anterior aunque ahora el contribuyente gane menos.
Los anticipos se extendieron a la compra de moneda extranjera o a los gastos en el exterior. Y si bien luego son tomados a cuenta o devueltos por la AFIP, la inflación ya se encargó de licuar gran parte de esos adelantos.
Todo esto pasa con un Congreso que se autoanula ya que en la “ley de leyes” (Presupuesto Nacional) delega año a año sus facultades en el Poder Ejecutivo.

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