La devaluaciĆ³n del relato

 
 
http://blogs.perfil.com/relatodelpresente/2014-02-07-2217-la-devaluacion-del-relato/
En Venezuela muere un presidente y en Argentina decretan tres dĆ­as de duelo. En un boliche de Once se calcinan 194 personas, y el mismo paĆ­s tiene permiso para acongojarse dos dĆ­as, no mĆ”s. En una estaciĆ³n de tren una formaciĆ³n no se entera de que el recorrido no llega al rĆ­o y mueren 54 personas: dos dĆ­as de duelo. Un tipo que se presenta como poeta palma en MĆ©xico, de viejo, y en Argentina se ordena un duelo de tres dĆ­as. El grueso de la gente se pregunta si el que muriĆ³ es el creador de la mayonesa, pero el duelo estĆ” igual. Nueve personas pierden la vida en cumplimiento de su deber y se decretan dos dĆ­as de duelo. Otras catorce perecen en similares condiciones en Catamarca y nadie manda ni una corona de flores.
El socio del difunto que se pone mimoso con la viuda, el hijo que clava la sucesiĆ³n mientras los hermanos ni llegaron del sepelio, el primo boga que llega al velorio antes que el difunto. Pocas veces quedan tan plasmadas las verdaderas intenciones de alguien que cuando vemos sus reacciones frente a las desgracias. Y el Gobierno nunca reaccionĆ³ bien frente a una desgracia porque nunca sabe si estĆ” implicado o no en alguna medida.
La realidad dice que tipos que laburan por amor al arte -sĆ­, incluso los que cobran, porque nadie arriesga su vida por un salario de mierda si no es por amor al arte- murieron aplastados en un lugar en el que no deberĆ­an haber estado si se dedicaran a otra cosa. O sea, murieron por estar donde les correspondĆ­a estar, riesgos que se asumen a la hora de tomar el empleo.
El relato, en cambio, dice que un perseguido polĆ­tico logrĆ³ romper con las cadenas del imperialismo y el pueblo lo llevĆ³ en andas a la presidencia para que la justicia llegue, finalmente, hacia los que menos tienen. La realidad dirĆ­a que una revoluciĆ³n socialista estĆ” mal parida si se la denomina con el apellido de uno de los primeros pensadores liberales que vio sudamĆ©rica, pero esos son detalles que pasan a un segundo plano frente a la realidad de la Patria Grande, ese gran sueƱo de SimĆ³n BolĆ­var, del cual se desprende que BolĆ­var soƱaba con el liberalismo de la racionalizaciĆ³n de las duchas y el alargue de la Navidad por decreto.
El relato vale mĆ”s que la realidad, estĆ” claro. SĆ³lo asĆ­ se entiende que gastemos guita en pagar una entrada al cine para divertirnos en ver cĆ³mo se resuelven con onda las mismas situaciones que nos desgastan en la vida cotidiana. Contar las cosas de otro modo, sirve cuando hay un compromiso de engaƱo, un contrato en el que el cineasta y los actores aceptan mentir aparentando ser quienes no son, y nosostros aceptamos que nos mientan.
El kirchnerismo funciona de manera similar, solo que a esta altura es una pelĆ­cula clase B en un proyector del centro de jubilados del barrio El Progreso.
0207_Calle
Un montĆ³n de pibes que se pintan la barba con corcho quemado encaran el viaje hacia la Casa Rosada convocados por Presidencia. En el camino dejaron veinte pesos entre el pasaje del bondi y una gaseosa de 500. Se bajan en la 9 de julio y caminan las escasas cuadras que les quedan hasta Balcarce 50 esquivando cartoneros, mendigos de entre 3 y 90 aƱos, y varios otros ejemplares ganadores de la dĆ©cada que festejan las polĆ­ticas de inclusiĆ³n en un living a cielo abierto que queda entre los edificios del Indec, el Palacio de Hacienda y la Rosada.
Habla la Jefa y la tienen que escuchar por altoparlante. Apretados como presupuestos provinciales, aplauden cada anuncio -dos- y cada puteada -trescientas cincuenta y nueve, promedio- hacia los formadores de opiniĆ³n que protegen a los formadores de precios y a los formadores de tipos cambiarios. Todos, obviamente, dependen de un solo jefe.
Si no los hubieran castrado ideologicamente, quizĆ”s se preguntarĆ­an cĆ³mo puede ser que un gobierno que dice ser tan poderoso no puede con un contador pĆŗblico. Si les hubieran inculcado que el conformismo no tiene nada de revolucionario, tal vez querrĆ­an saber quĆ© diferencia hay entre inflaciĆ³n y un “reacomodamiento de precios” permanente, o entre una brutal devaluaciĆ³n y un “deslizamiento monetario”.
En cambio, prefieren manifestarle su apoyo a la Presi cuando dice que “le pegan mucho porque es mujer”, apelando a la misoginia victimaria en un paĆ­s en el que la mujer votaba y ocupaba cargos pĆŗblicos cuando ella naciĆ³. Si en algo evolucionamos es que no la puteamos por ser mina, sino por impresentable.
0207_CFKLos profundos conocimientos macroeconĆ³micos del mejor cuadro polĆ­tico de la historia universal quedaron demostrados con ejemplos divinos, como cuando criticĆ³ los aumentos en las bolsas de cemento, “porque no tienen insumos en dĆ³lares”. Obviamente, el transporte desde la cementera al corralĆ³n se efectĆŗa por telekinesis, los transportistas trabajan por amor al arte, los impuestos los cobra el ratĆ³n PĆ©rez y no se pagan salarios a nadie, dado que el cemento flota en el aire y se guarda solito en bolsas de papel madera que aparecen de la nada.
La idea se pudo resumir en un solo concepto: hay plan antiinflacionario y consiste en putear a los que aumentan los precios. A pesar de que el Indec estĆ” rodeado de comercios que venden sus productos un 25% mĆ”s caro que el listado de precios sugeridos, el control de la inflaciĆ³n dependerĆ” de los consumidores y de los pibes militantes, a quienes Cristina les pidiĆ³ que se acerquen a las manifestaciones para sugerirle a los inadaptados que se acerquen a los supermercados.
Reconozco que me enamora la idea de ver a un camporita volver a casa con una bandera de Quebracho enterrada en el fondo del recto. Sin embargo, tras la fantasĆ­a me sobreviene la realidad de que los planes de Cristina son para ver si se arregla algo de algĆŗn modo milagroso, como tocar todos los botones del control remoto, rezar mientras se cae el aviĆ³n o sacar agua del bote con la mano.
Ella y su entorno piden que no compremos lo que aumentĆ³. Estamos en eso, sĆ³lo nos falta aprender a alimentarnos a 220, vestirnos con gas y aprender a viajar a travĆ©s de las caƱerĆ­as de agua corriente. Y mudarnos a un barrio subsidiado con luz, gas y agua corriente, claro.
Nos la vendieron como estadista y resultĆ³ estar a la altura de Lita de LĆ”zari. Eso nos pasa por no caminar a la hora de comprar un Presidente. De arquitecta egipcia, capitana de la Libertad, abogada exitosa y Papisa, pasamos a animadora de asaltos estudiantiles en la Casa Rosada.
PodrƔn acusarme de mal pensado, pero no me imagino al cocinero de Olivos preparando sopa de carcaza y guiso ranchero de menudos de pollo para la cena presidencial. Tampoco veo a los funcionarios llegando a los ministerios en monopatƭn porque aumentaron todos los combustibles. Obviamente, el sacrificio es para los otros.
Los productores agropecuarios que no quieren liquidar cosechas son todos unos garcas, con la clara excepciĆ³n de la familia Capitanich. Los que ahorran son una manga de avaros, con la clara excepciĆ³n de -otra vez- Capitanich. Los que compran dĆ³lares son unos especuladores que empujan a la inflaciĆ³n, sin contar los 2 palos verdes al contado que adquiriĆ³ NĆ©stor un dĆ­a antes de que subiera la divisa.
El criterio es generalizado y parece no reconocer lĆ­mites que dejen un changĆ¼Ć­ para el chiste: los que mueren en un choque de trenes son unos ansiosos que se acercan al primer vagĆ³n para llegar antes al laburo. Y ni que hablar de la insistencia de ir a trabajar en dĆ­as de semana.
0207_CFK5
Con estos parĆ”metros es obvio que pretendan hacernos creer que lo de Boudou y Ciccone fue un invento de los esbirros de la corpo mediĆ”tica, cuando la Ćŗnica prueba que faltĆ³ aportar fue una foto de Amado recortando los billetes de Evita mientras Vandenbroele los pintaba con crayones de cera.
[N.del A: Quiero hacer llegar mi mĆ”s sincero apoyo al compaƱerazo neoliberal converso AimĆ©. Que en un gobierno en el que se han choreado hasta los frenos de los trenes caiga en desgracia el que se quedĆ³ con una imprenta quebrada, sĆ³lo puede explicarse en lo fĆ”cil que es entregar al Ćŗnico que no tiene aparato polĆ­tico ni poder de voto. No me afloje, Amado. Don Ɓlvaro estarĆ­a orgulloso de su poder de daƱo a un gobierno nacional y popular.]
Por lo pronto festejan que en el paĆ­s hay paritarias -como si fuera festejable que tengamos que pelear todos los aƱos para correr la coneja atrĆ”s de la inflaciĆ³n- y se emocionan gracias a un aumento pedorro del 11% a las jubilaciones que alcanza solo para cubrir la inflaciĆ³n de diciembre y enero. La alegrĆ­a ni les permite dimensionar quĆ© tiene de fantĆ”stico que despuĆ©s de once aƱos de Ć©xito arrollador haga falta un plan de asistencia social para comprar los Ćŗtiles del colegio.
0207_CFK4De salir al balcĆ³n hacia una Plaza de Mayo repleta, a atender a la militancia en un patio interno de la Rosada. La devaluaciĆ³n, evidentemente, se percibe hasta en la cantidad de la monada, aunque el nivel sigue siendo el mismo y podemos disfrutar de pibes agitando la bandera del PC al festejar que la Presi tira “cuando estĆ”s muy a la izquierda, salĆ­s del otro lado porque la Tierra es redonda.”
Cris, mientras tanto, pasa el resto de su tiempo llamando a “consumidores militantes” que despuĆ©s dicen que no pueden creer que la Presi se tome el tiempo de leer los mensajes de Facebook. Cristina se queda sin vidas en el Candy Crush y los pibes se emocionan.
MĆ”s allĆ” de lo que afecte a nivel bolsillo, lo que mĆ”s me jode es la falta de acciĆ³n. ¿Creen que los supermercadistas son todos garcas? ¿Afirman que la City estĆ” llena de especuladores? ¿Sostienen que los agrogarcas atentan contra la economĆ­a? Que pongan huevos y estaticen hasta los changuitos del chino de Lugano, que abran una unidad bĆ”sica de La CĆ”mpora en cada cueva y que sancionen la reforma agraria. Pero que no nos rompan mĆ”s las tarlipes con el mariconeo de que la culpa es de cualquiera y que tenemos que salir a buchonear.
Si realmente creen en lo que dicen, que actĆŗen en consecuencia. Y si no lo hacen, que quede claro, para no tener que escucharlos maƱana decir que el paĆ­s se fue a la banquina porque “el pueblo no se animĆ³”. Esa es la mĆ”s fĆ”cil, esa es la que hacen y aplican.
Hoy los triunfos revolucionarios se reducen a haber logrado que Tinelli -al que llamaron- abandone Futbol para Todos para que sea la misma garompa con 1.700 millones de presupuesto, y la participaciĆ³n popular quedĆ³ limitada al control del precio del Cif aroma Flor de Naranjo de 475cm3. ¿Los planes a futuro? Llegar a marzo, el resto se verĆ” mĆ”s adelante.
0207_CFK3
Viernes. Lo Ćŗnico que nunca se devalĆŗa es el poder de daƱo de los polĆ­ticos.

Publicar un comentario

0 Comentarios