Nada serĂ¡ igual para Cristina


Nada serĂ¡ igual para Cristina y el regreso al hogar
El resultado fue tan abrumador y las consecuencias serĂ¡n tan determinantes que ya nada serĂ¡ igual para la Presidente Cristina FernĂ¡ndez y para los funcionarios que estĂ©n tan identificados que no tendrĂ¡n retorno en ningĂºn otro esquema de poder naciente.
Esta transiciĂ³n serĂ¡ diferente a todas. En otros perĂ­odos de transiciĂ³n democrĂ¡tica no habĂ­a los niveles de enojo, resentimientos, memorias golpeadas, desconsideraciones, agravios, arbitrariedades, etc., etc., etc., asĂ­, serĂ¡ muy complicado. Inevitablemente habrĂ¡ miles de dirigentes de primer y segundo orden que comenzarĂ¡n a mirar despachos que ambicionan, algunos de los cargos ejecutivos (Ministerios, SecretarĂ­as, SubsecretarĂ­as, Direcciones), legislativos y de empresas pĂºblicas que quedarĂ¡n vacantes, embajadas, directorios, etc. Porque todos niegan pensar en esto. Pero todos piensan.
El tiempo por venir serĂ¡ muy duro. Tan duro como Cristina FernĂ¡ndez lo disponga. Porque, en Ăºltima instancia, serĂ¡ ella quien ponga el humor de la transiciĂ³n iniciada.
Si comprende acabadamente el mensaje social, modifica profundamente su gabinete y busca establecer un clima de concordia que acompañe el futuro inevitable, tendrĂ¡ destino cierto. Aunque este no sea mĂ¡s que el de muchos ex Presidentes que caminan el paĂ­s y el mundo volcando sus experiencias en el poder. De hecho, es un muy buen destino. Pero parece difĂ­cil para quien alguna vez debe haber imaginado envejecer rotando el poder hasta que su hijo lo heredara.
Si no lo comprende. Los tiempos por venir serĂ¡n de una dureza quizĂ¡s no recordada o nunca vista. MĂ¡s enojo, una sociedad que no comprenderĂ¡ porque no se entiende o atiende su mensaje e incluso una clase polĂ­tica con vocaciĂ³n y posibilidades ciertas de sucesiĂ³n que comenzarĂ¡n a pensar si es necesario o factible continuar con los enfrentamientos y los desquicios econĂ³micos, hipotecando sus propios destinos en una sucesiĂ³n inevitable de la que no querrĂ¡n recibir despojos y deudas que le fagociten sus propios futuros despuĂ©s de la exaltaciĂ³n inicial del triunfo.
AsĂ­, insistir con la exaltada frase de… “somos la primera minorĂ­a”, no tiene mĂ¡s destino que una brevĂ­sima confusiĂ³n inicial y una posterior simplificaciĂ³n inevitable… “minorĂ­a”. Porque con estos resultados, aĂºn cuando el cristikirchnerismo lograra acceder a una segunda vuelta electoral, su destino estarĂ¡ tan sellado como estuvo el de Menem cuando ganĂ³ la primera vuelta sobre NĂ©stor Kirchner y tuvo que desistir, habiendo ganado, de presentarse a una segunda vuelta porque el resultado habrĂ­a sido tan escandaloso que ni siquiera su libertad fĂ­sica podrĂ­an haberle garantizado.
Esta elecciĂ³n ni siquiera alcanzĂ³ el fracaso del 2009. Fue peor que el 2009 y por varios motivos objetivos:
  1. En el año 2009 el kirchnerismo obtuvo el 31,2%, en tanto que este domingo obtuvo el 26,31%.
  1. Posterior al año 2009, el fallecimiento de NĂ©stor Kirchner que de alguna manera, subsumĂ­a sobre si, la mayor carga de enojo social, dejĂ³ a la Presidente, convertida en viuda doliente, sin un factor de enojo y con ingresos de commodities que no dejaron de crecer, dotando a la economĂ­a de un crecimiento notable.
  1. En el contexto de lo indicado en 2., la Presidente tenĂ­a abierto, a su propia figura, discurso y carisma, el camino de la reelecciĂ³n acorde a la ConstituciĂ³n y sin adversarios significativos por delante, como si los tiene ahora.
AsĂ­ y en principio por estos tres motivos, el tiempo por venir serĂ¡ muy complicado para la Presidente, aĂºn cuando tenga, supuestamente, una mejor situaciĂ³n legislativa comparada a la del 2009. ¿Por quĂ©? En realidad es muy simple. Porque las sucesiones en los sistemas hĂ­per presidencialistas como el nuestro, arrastran a los Presidentes salientes casi a la desapariciĂ³n polĂ­tica. Algunos lo han sobrellevado mejor que otros, incluso aceptando cargos legislativos menores para retener algĂºn fuero que los pueda mantener fuera de la cĂ¡rcel. Otros, ganaron algĂºn prestigio incluso mayor que el que tuvieran a la salida de su gestiĂ³n, como fue el caso de RaĂºl AlfonsĂ­n. Otros, como Fernando de la RĂºa, deberĂ¡n todavĂ­a transitar los tribunales, mientras en sus propios partidos carecen del poder suficiente para colocar ni siquiera un concejal.
Dentro de estos contextos, la situaciĂ³n del futuro de una Presidente tan particular como Cristina FernĂ¡ndez, serĂ¡ muy complicado porque no tendrĂ¡ las ventajas (entiĂ©ndase el contexto) que tuviera de alguna manera PerĂ³n con el exilio que lo depĂ³sito en una suerte de martirologio basado en la expectativa del retorno sin los costos de los odios que en su momento se sembraran en el paĂ­s.
Cristina FernĂ¡ndez deberĂ¡ transitar su condiciĂ³n de ex Presidente de la RepĂºblica sin muchas posibilidades reales de transitar con tranquilidad el devenir geogrĂ¡fico y polĂ­tico de la Argentina. No contarĂ¡ con la infraestructura que le garantizaba un alrededor sumiso y protector. Y, por Ăºltimo, no tendrĂ¡, aparentemente, un destino tranquilo ni siquiera en su propia Provincia, donde el radicalismo pareciera dirigirse hacia la recuperaciĂ³n del poder.
No serĂ¡ fĂ¡cil para esta Presidente, ni para su hijo MĂ¡ximo, volver al mundo convencional donde no existan aviones oficiales, ni cientos o miles de movilizados para acompañar la prolijidad de sus desplazamientos, ni grandes cantidades de autos de custodia, ni muchas otras cosas que Cristina FernĂ¡ndez disfrutĂ³, legal y legĂ­timamente, pero con una avidez infrecuente.
QuizĂ¡s busque ahora en la bendiciĂ³n de un sucesor con estilo camporista, el retener alguna de esas ventajas, como si fuese una suerte de PerĂ³n en el exilio. Pero no lo hay. Y si Scioli, en algĂºn momento pudo serlo, ahora le serĂ¡ muy difĂ­cil esperar la llegada de una bendiciĂ³n que; al mismo tiempo que lo unge, lo hace sujeto de todos los rechazos que la sola unciĂ³n supone querer evitar.
Lic. Rodolfo Patricio Florido
  rodolfoflorido@hotm

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