Falacias e impericia que conducen a la ruina



Al modelo hay que dinamitarlo
Falacias e impericia que conducen a la ruina

http://elopinadorporteño.com.ar/notas/24-08-2013-Al-modelo-hay-que-dinamitarlo-Ferrante.htm

El relato del kirchnerismo suele asentarse sobre algunos pilares que ellos presentan como de verdad absoluta, pero que a poco de ser analizados, demuestran ser, como todo lo que propugnan, grandes falsedades. Ante la siempre permanente comparativa con el malhadado año 2001, el kirchnerismo se regocija en su modelo y hoy, cuando la gente se comienza a dar cuenta de sus falacias, apenas puede
enarbolar estas mentiras como los grandes logros que se deben proteger de cara al futuro. Descreemos profundamente de esos supuestos logros, y sostenemos que el modelo no sólo no debe ser protegido y conservado, sino que se va volviendo imperativo abolirlo.

La mentira de la pobreza

6000 pesos mensuales es el piso de ingresos que una familia tipo necesita obtener, en la Argentina, para no caer debajo de la línea de la pobreza.

Cerca del 45% de los hogares argentinos se encuentra con ingresos por debajo de esta cifra, y una simple proyección nos habla, entonces, de unos 18 millones de personas. Cuántos de ellos en la indigencia, incluso?

Considerando que habitan la Argentina alrededor de 40 millones de personas, decir esto y decir que la década kirchnerista termina con las mismas cifras de pobreza que en su tan referido 2001, es más o menos lo mismo.

Si a esto se le adicionan los planes sociales que el gobierno asigna, se obtiene una conclusión rápida y lapidaria: El kirchnerismo no sacó gente de la pobreza.

Tan solo mantuvo rehenes electorales desde la asistencia social y el empleo público. Y sólo mientras le duró, porque en Agosto 2013 las PASO demostraron que esa gente podrá estar en graves problemas, pero no come vidrio.


La mentira del empleo

3.5 millones de puestos de trabajo se habían "creado" entre 2002 y 2005. Si se considera que la enorme mayoría de ellos fueron una consecuencia natural de la reactivación de la economía post devaluación, y que a lo largo del período siguiente se anexaron 1.3 millones de empleados públicos a la plantilla, se advierte que los tan mentados 5 millones de puestos de trabajo del kirchnerismo también constituyen una falacia.

El kirchnerismo no creó puestos de trabajo. Hizo política populista llenando al estado de empleados que no necesitaba, y se arrogó, como de cuño propio, los puestos recuperados de forma cuasi automática luego del cisma de 2001.


La mentira de la deuda externa

La tan mentada reestructuración post default de la deuda externa argentina hizo que, en una primera instancia, el monto total de deuda pasara de U$S 191.000 millones a U$S 125.200. Esta merma, como producto de la quita realizada.

U$S 81.800 milllones de títulos en default fueron renegociados con plazos hasta el año 2038, y para el año 2012 la Argentina llevaba pagada la friolera de U$S 271.000 millones.

Hacia el año 2012, luego de dos canjes de deuda monumentales y de haber realizado la operación financiera más grande de la historia, la Argentina continuaba debiéndole al mundo U$S 140.000 millones de dólares.

Y si bien no ha vuelto a tomar crédito internacional significativo, porque continúa siendo catalogada como deudor de alto riesgo, ha provocado una deuda pública interna de U$S 175.000 millones, producto del canje de dólares contantes y sonantes del Banco Central, por letras internas.

Para sintetizar los números del kirchnerismo respecto de la deuda, salida del default, refinanciaciones, y situación actual: Tomaron al país con una deuda externa de casi U$S 200.000 millones, gastaron en 10 años aproximadamente U$S 450.000 millones (un PBI completo), y la Argentina sigue debiendo U$S 140.000 millones.

De esto se desprenden algunas conclusiones.

El kirchnerismo fue el gobierno que más le pagó a los acreedores. Y al cabo de una década de crecimiento verdaderamente extraordinario, la disminución real de deuda en moneda contante y sonante que consiguió practicar fue de apenas un 30%.

Dónde fueron a parar esos más de 270.000 milllones pagados durante la década?
La mayor parte, a acreedores beneficiados. Una parte enormemente significativa, a los bolsillos de los propios funcionarios kirchneristas, que fueron los primeros en hacerse de los bonos de la deuda argentina, que ellos mismos se encargaban de renegociar. Y este fue uno de los principales negociados del GEK (Grupo Económico Kirchner), de magnitud infinitamente superior a los retornos por la obra pública y las coimas percibidas por todo concepto, que hoy pueden conocerse desde la mismísima pantalla de TV.

Panorama desde el puente

Pasada la primera mitad de 2013, la Argentina kirchnerista está absolutamente descolgada del mundo, y pendiendo, como desde hace años, de la soja y del Brasil.

No se generan empleos por inversión interna, porque los inversionistas locales no confían en el gobierno como para arriesgar sus capitales en un país conducido por esta clase de gente.

No se generan empleos por inversión extranjera, porque ésta, lisa y llanamente, no se arrima por estos lares. La falta de reglas de juego claras, de seguridad jurídica, y la imposibilidad de girar utilidades a sus casas matrices en el exterior, operan como tiburones acechantes para el inversor que intente desembarcar en estas costas. América latina está llena de posibilidades mucho menos riesgosas, en países infinitamente más serios que la Argentina.

Hablar de educación y seguridad llevaría varias notas como ésta, y no se diría nada que el lector no tenga ya en su conocimiento, y en su padecimiento.

Se convive con una inflación del 30%; de las mayores del mundo, e inadmisible en cualquier país medianamente serio. La inflación crece y por cada punto que se incrementa, aún considerando las asignaciones de ayuda estatal, genera aproximadamente 50.000 pobres. Esto implica que si tomamos solamente este parámetro, sin considerar la macro, entre 2012 y 2013 la Argentina ha generado un cuarto de millón de pobres por el solo efecto del impuesto inflacionario.

Las arcas del banco Central no se nutren de reservas, y decrecen, porque el déficit de la balanza energética se lleva más de lo que se podría guardar, de los ingresos. El kirchnerismo ha hecho que la Argentina perdiera el autoabastecimiento energético, y este es un problema que nos traerá enormes disgustos por no menos de 5 años, en el más optimista de los escenarios.

La captura de los fondos jubilatorios por parte del gobierno, para utilizarlos en gasto común y corriente, pone en altísimo riesgo el pago de las futuras jubilaciones.

Se emite a un ritmo alocado y se ha destruído el valor de la moneda y la capacidad de ahorro de la gente.

De todo esto se desprende que aquí no hay ningún modelo por defender ni conservar. Más bien todo lo contrario. El ciclo de mayor ingreso de capitales del último siglo ha sido dilapidado entre impericia y corrupción. Una parte la malgastaron, la otra se la robaron.

Lo que hay aquí es un fracaso absoluto en cada área sobre la que usted quiera indagar, y el kirchnerismo resulta un compendio de todo lo que nunca jamás se debe volver a hacer, si es que realmente se pretende progresar como nación.

El modelo no debe ser cuidado. Antes bien, se está volviendo imperioso dinamitarlo.


Fabián Ferrante
 

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