“El Lauchón” y los servicios


El oscuro mundo de “El Lauchón” y los servicios
Por Jorge Lanata

13/07/13 El extracto del Parte Urgente Nro 110223/2013 dice: “Fecha 09/07/2013 a las 6.40 personal de la Subdelegación del Tráfico de Drogas Ilícitas San Miguel juntamente con el grupo táctico Halcón, DITDI San Martín, Jefaturas Departamentales Merlo, Moreno y Pilar procedió a realizar 18 (dieciocho) allanamientos generándose en uno de ellos enfrentamiento armado entre personal grupo Halcón y un masculino, resultando éste abatido, un efectivo policial con herida de arma de fuego, en demás diligencias se logró detención de 9 (nueve) masculinos mayores y 3 (tres) femeninas mayores, secuestro de armas de fuego, droga (marihuana-cocaína), precursores químicos, dinero, etc”.
Los hechos de la mañana del Día de la Independencia fueron, en realidad, la batalla de una guerra sorda: la que se libra en la interna de los servicios de inteligencia civiles y militares. El Lauchón, 59 años, agente de la SIDE, el único muerto, tenía cuatro tiros en la espalda. El Oficial Principal Legajo 25923 Ricardo Núñez, del Grupo Halcón, tuvo una herida en el pie izquierdo. El total de droga secuestrada en el procedimiento fue de tres kilos de marihuana, en el marco de 18 allanamientos. Cinco de los sospechosos permanecen prófugos. Leonardo Viale, 36 años, hijo de “El Lauchón”, es odontólogo y sostiene que todo el allanamiento fue irregular. “Llegaron cerca de las cinco de la mañana –le dijo a Clarín– en dos camionetas con catorce personas del Grupo Halcón. Mis papás estaban durmiendo y mi hermano Alan (24), el más chico, que vive con ellos, había ido a llevar a la novia a su casa. Se despertaron cuando escucharon una explosión, que fue cuando forzaron la puerta de entrada para abrirla, y se pensaron que le estaban robando a mi hermano. Papá agarró el arma que tenía a mano, como hubiera hecho cualquier policía para proteger a su familia. Se los encontró en la puerta de la habitación, donde se sale por un pasillo con un baño en suite. Mamá me contó que él se identificó y ahí empezó la balacera. Muere en el baño de su habitación, con disparos a corta distancia. Había salpicones de sangre hasta el techo. Tratando de defenderse les tiró a los pies, que era lo único que no tenían cubierto”.
En la diagonal de la escena, los hechos de Rocha Blaquier 1502, en Moreno, llegan a los alrededores de la plaza de Mayo: la SIDE, el Comando en Jefe del Ejército y la Casa de Gobierno.
“Tanto el ascenso de Milani como el asesinato de El Lauchón responden a una interna fenomenal de la Secretaría de Inteligencia (SI) –confiesa a este diario un ex legislador vinculado con el mundo abisal de los servicios–.
Lo que pasa es que estalló la interna entre “profesionales” y “políticos””. Nunca hubo una sola SIDE y ningún gobierno manejó las SIDE. El poder dentro del poder siempre tiene meandros, recovecos, extorsiones y trasciende a los gobiernos. Hoy, para decirlo de manera llana, hay dos SIDE: una es la de Francisco “Paco” Larcher y Antonio Jaime Stiusso, los supuestos “profesionales”; y la otra la del Director de Reunión Interior, Fernando Pocino; el jefe formal del organismo, Héctor Icazuriaga; el jefe del Ejército, César Milani; Horacio Verbitsky, el ministro sin cartera, y Nilda Garré, la ex ministro de Seguridad. “ El Lauchón” pertenecía al grupo de Stiusso.
El nombramiento de Milani, un hombre de la inteligencia militar a cargo del Ejército, despertó suspicacias de todo tipo: los espías de Stiusso sostienen que Cristina está reemplazando a la inteligencia de la SI con inteligencia del Ejército, al estilo de lo que ocurrió en Venezuela.
“El que ganó, a través de Pocino, es Milani –afirma sin dudar la fuente–. A un tipo con la experiencia de El Lauchón no lo matan de cuatro tiros por la espalda. Es Milani quien filtra, a través del juez Juan Manuel Culotta, que El Lauchón era un tipo de Stiusso, eso no es casual”.
¿Intereses políticos? ¿Cuestiones de seguridad nacional, amor a la Patria? El problema es mucho más simple: ésta es una historia en la que se mezclan el narcotráfico, la prostitución, la extorsión y los millones. Desde los “políticos” sostienen que Antonio Jaime Stiusso está involucrado en las escuchas como uno de los que mueve la droga en el conurbano. “El espionaje K también trafica cocaína a Europa y da protección a narcos colombianos y mexicanos a quienes extorsiona junto a una banda de comisarios de la Federal ”, dicen. También acusan a Germán García, director de Contrainteligencia de la SI, de manejar una importante red de trata de blancas. El vínculo del ingeniero con los prostíbulos no es nuevo: Stiusso fue denunciado por Beliz, que lo relacionó con las grabaciones subrepticias en los prostíbulos, como el antro gay Spartacus, al que asistía el juez Oyarbide. También es conocida la supuesta intervención de la SIDE en la compra de un cargamento de drogas que luego fue decomisado por la Justicia en el marco de la Operación Strawberry.
Las diferencias entre los espías se acentuaron durante la irregular investigación de la causa AMIA. Stiusso acusó al juez Galeano de haberle pedido a la SIDE que le pagara a Telleldín 400.000 dólares para comprometer en la causa a los policías bonaerenses.
Stiusso se ha revelado como un gran entrepreneur: está asociado, junto a Alejandro Patrizio , Roberto Saller y Horacio Germán García en varias sociedades privadas que fueron y son sostenidas con fondos reservados de la Secretaría de Inteligencia: “Construcciones y Tecnologías SA” (comercial, financiera e inmobiliaria), “American Tape SRL”, “Establecimiento del Peregrino SA” (explotación de establecimientos agropecuarios y forestales) y “Juramento y Tres SRL”. Patrizio (alias Parnaso, Patricio Unger o Alejandro Mezkas) es hijo del secretario militar del general Otto Paladino durante la dictadura y de él dependían las relaciones con Operaciones Tácticas 18, el campo de concentración argentino-uruguayo Talleres Orletti. Trabaja en una empresa de cobertura llamada Tecnit y depende orgánicamente de Contrainteligencia 85 con asiento en Ezeiza. Dos fuentes “políticas” coinciden en señalar que junto al mayor Alejandro Brousson, Patrizio y Stiusso ingresan al país mercadería de contrabando y llevan dinero de una cartera de clientes fijos. En el caso de las mercaderías se distribuyen a través de American Tape, en la calle Jujuy al 200. Horacio Germán García, según las mismas fuentes, aparece vinculado a Stiusso en el manejo de una red de prostitución administrada por Paola Yahid (no es su nombre real).
El nombre del titular del otro bando, Fernando Pocino, director de Reunión Interior de la SI, tomó estado público cuando Sergio Schoklender lo señaló como el espía que le había garantizado impunidad. En julio del 2011 el rostro de Pocino se hizo público en la pantalla de TN durante una protesta de los albañiles del programa Sueños Compartidos suspendidos por la Fundación de las Madres. Allí, al lado de Hebe, con camisa blanca, chaleco y lentes negros, aparece Pocino. Pocino conoce a Cristina de sus tiempos en el Congreso, donde también conoció a Nilda Garré y trabó una relación íntima con su hija. “A Pocino se le han atribuido, con detalles muy convincentes, seguimientos a periodistas y políticos –escribió en La Nación Carlos Pagni en julio de 2011–, entre ellos la falsa denuncia sobre una cuenta en el exterior a nombre de Enrique Olivera o la exhumación del legajo del diputado Juan José Alvarez como empleado de la SIDE durante la dictadura militar ”.
Pocino está signado por los flashes: fue fotografiado por el diario Perfil en 2007.Sueña en reemplazar a Larcher. Garré le debe a Pocino el haber conocido a Milani. “Milani y Pocino montaron una buena sociedad –sigue Pagni– a ellos se le atribuyen las listas de militares acusados de ‘portación de apellido’ sobre las que Garré realizó sus purgas en las Fuerzas Armadas ”,con el monitoreo de Verbitsky.
Los contactos políticos le fueron de suma utilidad al nuevo jefe del Ejército. En noviembre pasado, el entonces ministro Puricelli denunció ante Oyarbide la existencia de irregularidades en compras directas, sin licitación, por parte del ejército en el Mercado Central: Milani tenía a su cargo el área de intendencia. Y fue durante ese período donde desde el propio ministerio se dejó trascender que Milani había participado del Operativo Independencia, con el que el Ejército combatió a la guerrilla en Tucumán. El tema pasó desapercibido, hasta que en las últimas semanas Victoria Donda y Gerardo Milman presentaron un pedido de informes al Ejecutivo. En él sostienen que Milani retiene, además de la Jefatura del Ejército, la Dirección de Inteligencia y “ es uno de los cerebros del proyecto Equis, de espionaje sobre las organizaciones sociales”. Al asumir, Milani expresó su decisión de que las Fuerzas Armadas “acompañen con renovadas ansias el proyecto nacional”.
“Estamos yendo hacia el chavismo”, le dijo a este diario una fuente castrense.
Detrás de esta historia hay mucho más que cuatro tiros por la espalda.
Investigación: JL / María Eugenia Duffard / Amelia Cole

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