Gira mágica RDP

http://www.relatodelpresente.com/2013/01/gira-magica.html

La Presi hizo Patria, recibió una Fragata, y al día siguiente se tomó un avión británico para viajar a Cuba, donde afirmó que almorzaría con Fidel, visitaría a Chávez y, si quedaba tiempo, tomaría unos mates con José Martí para luego cenar con el Che. Luego de comer con lo que queda de Fidel y escuchar sus teorías sobre Luke Skywalker como líder de la revolución comunista intergaláctica, la Presi intentó ver al coma andante Chávez. No pudo ser, pero le dejó un Nuevo Testamento -que le regalaron evangelistas antes del viaje- una estampita de la Virgen de Luján y un saludo en nombre de toda la Argentina. 
Se ve que los textos bíblicos dieron resultado, dado que el gobierno de Cuba anunció el levantamiento de restricciones para viajar al extranjero, para beneplácito de la población cubana, que ahora podrá cagarse de hambre, pero con la esperanza de tener alguna hija cogestible que pueda despellejar la billetera de algún turista para pagar los pasajes. Este no fue el único milagro del que serían testigos en la isla: Chávez, sin haber aparecido con vida ni en una comunicación telefónica, nombró a un nuevo ministro de Relaciones Exteriores. 
Hace un par de días, el patriótico avión de la Chapman Freeborn aterrizó en Emiratos Árabes, donde previamente había arribado la comitiva de militantes monotributistas y empresarios amigos de Guillote Moreno. A la nochecita, la comitiva recibió la visita de Diego Maradona. El Diego, que no se mueve de la casa por menos de veinte mil dólares, cayó con una remera del Che, mientras se escuchaba el relato del segundo gol a los ingleses por los parlantes, para luego unirse a los cantitos en contra de Clarín, mientras de fondo bailaban odaliscas. A lo largo del show, el astro del fútbol mundial arengó a bancar a Cristina y a continuar en el camino que nos marcó Néstor, porque antes se la llevaban diez personas, y ahora se la llevan muchos más. Entre garcas de la CGE y minas meneando el vientre, el Diego afirmó que la oposición no sirve porque no sufrieron como muchos argentinos y que deberían aprender a hacer guisos para después hablar.
Ayer, algunos medios de internet presentaron notas sobre el eterno oficialismo del astro del fútbol. En lo particular, creo que el Diego no es otra cosa que un kirchnerista casi auténtico. Y digo casi, porque lo único que le falta a su curriculum social, es haberse enriquecido kirchnereando las arcas del Estado. Después, se ha hecho el boludo con Videla, se hizo devoto de San Cavallo, estuvo a un pelín de presidir el club de fans de Carlitos Saúl, visitó el despacho de Fernando De La Rúa y hasta tuvo un programa de interés general en Canal 13 por el que cobró una fortuna. Actualmente putea a los militares y a Clarín, habla del pozo en el que nos sumieron gobiernos anteriores, se emociona por lo bien que estamos, y se la da de socialista revolucionario mientras gasta en un día lo que varios argentinos no verán en sus vidas. Y todo mientras critica a otros, menos o igual de ricos que él, por no haber nacido en calles de tierra. El Diego es un kirchnerista de ley.
Uno de los grandes fracasos argentinos ha consistido en glorificar a la pobreza por un complejo culpógeno que nos implantaron. Para muchos, ya no se es pobre por culpa propia o a causa de un Estado que hizo todo lo posible para anularle la posibilidad del ascenso social, sino por culpa nuestra, los que no hacemos otra cosa que laburar, ya no para ascender, sino para no caer en la miseria. No hay nada de romántico en llegar a los treinta años desdentado y a cargo de nietos que serán criados en una casilla de madera y cartón. Nacer pobre no es una virtud, es una desgracia. Ser pobre y santificado, es una desgracia aún peor: es convertir al marginal en el causal justificativo de gobierno un gobierno al que hay que bancar por una cuestión de Fe, bajo la esperanza de recibir el diezmo mensual y alguna que otra dádiva en las fechas de la liturgia democrática. Poner a la pobreza como virtud, es el corolario de la satisfacción berreta, la magia del conformismo, la resignación impuesta a quienes no deben aspirar a dejar de ser pobres, sino esperar algún golpe de suerte que los saque de pisar el barro, o bajar los brazos y llevar la frente bien en alto, dado que tienen un gobierno que los quiere tanto, que no hace otra cosa que mantenerlos en la miseria.
Al día siguiente de la cena lisérgica de Maradona, la Presi brindó una charla sobre energía y petróleo en Abu Dhabi, que es algo así como que D´Elía brinde una conferencia en contra del antisemitismo en la AMIA. Entre afirmaciones de equidad de desarrollo y cagadas a pedos a los países desarrollados, la Presi exigió que haya más compromiso con el consumo de energía. Si bien obvió mencionar que su gestión es tan brillante en materia de energía que tuvimos que volver a importar gas y que cada dos por tres ahorramos electricidad de prepo a través de un corte de energía nacional y popular, algunas fuentes sostienen que se debió a un acto de humildad con fines de no humillar a las autoridades presentes.
Mientras todo esto pasaba, Hugo Yaski, titular de la CTA Rosada, reafirmaba su rol de limpiavidrios del sindicalismo al negociar con Tomada un aumentito a voluntad de la patronal, Boudou le regalaba una camiseta de la selección de fútbol a un senador yanqui, y los fans de Cris se baboseaban con los comentarios in english que la Presi le dicta al pibe que le administra la cuenta en Twitter haciéndose los boludos con otros detalles, como los Qom asesinados y la inflación del Indec. Hay que ser un poco más comprensivos: esto de seguir a una Presi que almuerza con los Castro, visita a Chávez y deja el país en manos de un UCeDé, no es para cualquiera. Pido piedad para ellos, quienes deben elaborar el método para eliminar de todo análisis el hecho de que a la luchadora namber güan de la democracia, la militante eterna de la igualdad de género y la combatiente de la pluralidad de voces, sólo le falte sumar a su gira una escala en Corea del Norte, para coronar una ronda por países misóginos, represores y antidemocráticos, donde la trata de personas, la censura y el trabajo infantil están a la orden del día.

Mercoledì. Ser oficialista es un sacerdocio.

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