El kirchnerismo no cierra por vacaciones Por Alejandro Borensztein


El kirchnerismo no cierra por vacaciones
Por Alejandro Borensztein para Clarin
20/01/13
Es inútil tomarse vacaciones. Por más lejos que uno se vaya para desintoxicarse de la realidad argentina, no hay caso. Usted consigue una promo especial para un all-inclusive en Alaska y justo cuando está en el iglú disfrutando de la noche boreal abrazado a su osita polar, entra un esquimal y le dice: “Disculpame viejo ¿viste la cartita que le escribió la Presidenta a Darín?”.
Chau descanso.
Rápidamente, usted sale a comprar el “The Anchorage Daily Press” (un toque de atención para la solución alaskeña de los problemas alaskeños) y se encuentra con todas las novedades: las cautelares, los ataques al Poder Judicial y a la Corte, el previsible palo con lo de La Rural, el fragote contra el intendente de Bariloche, el asadito en la ESMA, el himno de Gioja, la guerra de los trenes, los tuits nuestros de cada día, la epopeya de la Fragata y tantas cosas más.
Y ahí mismo decide volverse porque es mucho más divertido lo que pasa en Buenos Aires que seguir desayunando café con leche con arenques.
La diversión está acá. ¿Por qué tirar la guita comprando entradas para el Cirque Du Soleil si el kirchnerismo organizó algo parecido en el puerto de Mar del Plata… y gratis!! Es más, te daban 300 mangos en la puerta del INDEC y te llevaban en micro con aire acondicionado. Curioso, ¿no? Pleno enero en Mar del Plata, donde hay más de un millón de turistas rascándose el higo sin nada que hacer, el gobierno va y trae gente de Buenos Aires. Hubieran ido a buscar a la playa y, por 150 mangos y un cucurucho con cornalitos, llenaban el puerto. ¡¡Y encima se ahorraban los micros!! Gente rara. Se ve que a la hora de inventar la épica, el kirchnerismo no escatima. La fiesta estuvo lindísima. Sólo faltó la parte en que al ministro de Defensa Puricelli lo pasaban por la quilla.
El Gobierno no descansa y sigue en guerra contra las corporaciones, los medios, los jueces, los sindicatos, el campo, el PJ, Scioli, Macri, Binner, Moyano, De La Sota y Marcela Morelo. Por ahora sólo consiguió echar al cantinero de la Fragata Libertad por hablar con el periodismo. Bien ahí, uno menos.
En cambio se equivoca cuando lo torea a Macri con el subte. Tienen todo para perder. El Compañero Mauri, con solo arreglar una línea y poner los vagones nuevos que el Gobierno tenía inexplicablemente guardados, se lleva la medalla. En cambio, el Gobierno para poder festejar esta década de éxitos ferroviarios necesitaría inaugurar dos trenes bala antes de julio. Lo más inteligente era no darle bola y hablar de otras cosas, pero no. Van al choque y lo mandan al frente a Randazzo diciendo que “la política de transporte del gobierno es una política de inclusión”. Tiene razón. Incluye a Jaime, incluye a Schiavi, incluye Once, incluye el Roca, incluye el tren a Mar del Plata, incluye a los Cirigliano, incluye al curro de los subsidios, incluye los vidrios rotos, los asientos destrozados, los pungas.
Más inclusiva no puede ser.
Para completar la fiesta, el Gobierno informó que en 2012 la inflación del 25% fue sólo del 10,8% y que para este año la inflación que ya se perfila del 30% será aún menor porque están poniendo un tope salarial del 20% a las paritarias que ya se están firmando por el 25%. También el INDEC reconfirmó que se puede comer con 6 pesos, aunque algunos protesten. Vamos amigo, no sea goloso. Usted perfectamente se puede comprar un kilo de papas por 6 mangos. A la mañana desayuna media papita al horno, al mediodía se hace un buen puré (si lo quiere ablandar un poco y no le alcanza para el aceite, le puede sacar un poco de grasa a la guía del ascensor y listo), saltea la merienda y para la cena, con las 3 papas que le quedan, hace unos bocaditos y hasta le puede dar uno a los pibes para que no lloren. Yo sé que morfando papa todo el día se va a poner gordo como un lechón, pero eso también tiene una ventaja: al mes siguiente hace dieta y ahorra, porque con 3 mangos diarios compra dos plantitas de lechuga y come ensalada todo el día. Se le va a hinchar un poquito la panza, pero nada grave. Ahora si usted es un insaciable que quiere comer milanesas, gárpelas, no sea gorila y no rompa las pelotas.
En cambio si usted es rico, no se queje más, hombre. Puede viajar a Los Angeles, alquilarse un Mercedes, pasear por Rodeo Drive, parar en un bistró, pedirse un plato de caviar ruso con una botellita de champagne francés y cuando le traen la cuenta de 1.500 dólares usted pela la tarjeta, feliz porque en el resumen le van a cobrar los dólares a 4,90 y el Estado le va a girar al restaurante dólares billetes que ya valen más de 7 mangos. O sea que lo que cuesta 7,40, usted lo paga 4,90 y el gobierno nac & pop pone la diferencia. O sea que el Gobierno les subsidia las vacaciones a los ricos. No mucho, sólo el 34% de lo que gastan (ojo, el 15% de recargo va a cuenta del impuesto a las ganancias, o sea que no es ningún recargo). Ahora si sos de clase media y te vas a Mar del Plata, vas a garpar las reposeras y la carpa sin ningún subsidio y te van a romper el orto como Dios manda. ¿Será esto el famoso progresismo K o simplemente lo hacen de genios que son, nomás?
¿Qué importancia tiene todo esto? Ninguna. Estúpidas y pequeñas puntas del iceberg falsoperprogresista, torpe y autoritario que subyace y que ya todos conocemos. Y que seguirá creciendo mientras la sociedad y la política no generen alternativas que construyan hacia adelante, aprovechando lo bueno que pudo haber hecho el kirchnerismo y cambiando todo lo malo. Y eso hay que hacerlo con alegría y sin miedo. “He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer, no he sido feliz”, escribió el gorila de Borges. No cometa usted ese error, amigo lector. No permita que ninguna Diana Conti le amargue la vida cuando sugiere que hay que tirar la Constitución a la basura. Defendamos la democracia, aplaudamos una buena jugada pero marquemos la cancha y gritemos ¡penal! cuando el Gobierno (o algún opositor) hace un foul dentro del área. De esto se trata. No valen los goles hechos con la mano de Dios, o con la mano de Él.
“La única manera de ser libres es ser esclavos de la ley”, dijo el Compañero General en una noche de copas.
Arranca un apasionante y largo año electoral, que seguramente nos deparará aventuras, sorpresas y toda clase de tropelías. Lo bueno es que, como dijo Landrú, el humor político es una de las pocas cosas que andan bien cuando las cosas andan mal. Lo malo es que creo que nunca tuve tanto éxito. Esto recién empieza. Es un placer estar de vuelta. Comienza la temporada.

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