Un paro histórico contra los K

 
Moyano y Micheli salieron a festejar y le apuntaron a la Presidenta y a la CGT oficial

El dirigente camionero dijo que este gobierno “no es nacional, y mucho menos popular”. Tildaron a la jornada de “histórica” y la apuntaron a los funcionarios y dirigentes que no se plegaron al paro.
20/11/12 - 16:39
El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, y el líder de la CTA opositora, Pablo Micheli, salieron a festejar por la huelga que paralizó las principales ciudades del país y tuvo una alta adhesión en varios gremios. Además, criticaron a la Presidenta y a algunos funcionarios a los que llamaron "bocones y jetones".

Luego de hacer un minuto de silencio por la  muerte de dos compañeros, desde la sede de la CGT Azopardo, Hugo Moyano le dio la bienvenida “a los compañeros que visitaron la sede” y arrancó su discurso al decir que hoy fue “sin dudas un día de fiesta”.

“Un día donde todos los que cumplimos esta jornada importante nos sentimos satisfechos por cumplir, con el defender y expresar lo que el trabajador necesita. Otros hombres y mujeres seguramente no puedan sentirse así”, expresó Moyano.

El dirigente gremial dijo que la disconformidad de los trabajadores se expresó “en el vacío que encontramos en la ciudad, en los centros comerciales, en las rutas, calles y distintos lugares de nuestro país”.

“Ha sido una jornada importantísima. Imagino que el silencio y falta de gente en las calles es la voz que el Gobierno debe escuchar, ya que a los dirigentes no nos da ningún tipo de respuesta”, siguió. Y disparó: “Pero nosotros no la necesitamos: la respuesta es para los trabajadores”.

El dirigente camionero criticó duramente como "bocones y jetones que hablan por hablar" a funcionarios del Gobierno que habían cuestionado el paro nacional como el ministro del Interior Florencio Randazzo y el jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina. También le pegó, sin nombrarlo, a Aníbal Fernández, al decir que seguramente ahora lo van a ir a buscar, pero que “no me voy a ir en ningún baúl de ningún coche, si la Justicia me quiere venir a buscar, que venga”.

Por su parte, el líder de la CTA disidente, Pablo Micheli, dijo sentirse “muy honrado” por la invitación  a la sede de la CGT: “Nos sentimos en casa porque somos parte, somos trabajadores”.

“Estamos felices. Es bueno ser dirigente y haber comprobado que los trabajadores y trabajadoras hayan respondido vaciando las calles”, dijo el gremialista. “Hay una cosa que quedó demostrada y es que este Gobierno no puede dejar de ver lo que acaba de ocurrir en nuestro país”.

Michele dijo que “el Gobierno no controla el conflicto gremial y social en el país” e instó a la Presidenta, Cristina Kirchner, a que escuche y abra el diálogo a los distintos sectores.

“Ojala acepte que podamos discutir los problemas que hemos planteado y se pueda sentar a oír”, aseguró y reiteró que desea que Cristina “entienda que para construir una democracia hay que tener la voces de todos, no sólo la de sus amigos”.

Luego, dijo sobre el paro general que “la gente lo hizo con convencimiento y felicidad”. “No voy a cuestionar la marcha de la clase media, del 8N, pero la acción de los trabajadores se vio hoy”.

Además, aseguró que van a seguir “construyendo en esta senda, con esta unidad de acción”, luego de aclarar que entre su CTA y la CGT de Moyano existen diferencias, pero que no les impide juntarse “para reclamar ante las políticas del Gobierno”.

De la reunión también participaron y hablaron otros dirigentes gremiales que se sumaron al paro de hoy, como Ricardo Cirielli, Gerónimo Venegas, Raúl “Pollo” Sobrero y Eduardo Buzzi, entre otros.

Después de la palabra de cada dirigente, Moyano volvió a tomar la posta y continuó: “Este reclamo sobre el impuesto al trabajo lo vamos a seguir haciendo y, en la medida que no hagan nada, lo vamos a profundizar”. “Vamos a seguir reclamando que desaparezca o que por lo menos tenga un sentido común el impuesto al trabajo”, disparó.

Por último, declaró que reconoce que “en algún momento pensé que este Gobierno era nacional y popular pero no es así”. “No le da respuesta a la esencia de nuestra sociedad, que son nuestros viejos y nuestros hijos. El Gobierno discrimina con salarios de hambre a los jubilados y a nuestros hijos, a los de trabajadores. Tiene muy poco de nacional y mucho menos de popular”, concluyó el gremialista.

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