Un Discurso, Doce Mentiras - RDP

Un Discurso, Doce Mentiras http://www.relatodelpresente.com/

Estar en casa no tiene precio, sobre todo cuando a uno le prometieron un all inclusive y terminó acampando en una plaza, con pibes tirando piedritas. La gira de Cris por las universidades norteamericanas de Harvard y Georgetown dejaron sus secuelas, a pesar de haber juntado en cada charla más gente de la que presenció su exposición en la Asamblea de las Naciones Unidas. Los principales damnificados resultaron ser los funcionarios de la Presi, que tuvieron que sacrificar un fin de semana de dilapidar la nuestra para ver cómo dibujaban un acto urgente. No hubo muchas ideas: la represa Néstor Kirchner ya fue anunciada treinta y siete veces en dos años, plata para nuevas obras no hay, y para ir a un hospital a inaugurar un nuevo cesto de productos infectológicos hace falta un chaleco antibalas. Así fue como Sabbatella se convirtió en la justificación ideal para mimar a la Presi y decirle que ya pasó todo.
La alegría a Sabbatella le duró poco: arrancó a puro números. Cifras imposibles de memorizar, repetidas una tras otra cual sorteo vespertino, dibujaron un país en el que se crearon treinta mil puestos de trabajo nuevos -nadie sabe bien dónde- una semana después de que IBM iniciara su campaña de despidos masivos -van de a cientos- previa a su retirada del país. Sin embargo, los profesionales en economía de la multinacional pueden quedarse tranquilos, que Carrefour puede garantizarles un puesto de repositor en alguno de los supermercados de la excadena Eki. A continuación, la Presi se puso contenta porque le gustó el discurso de Dilma Rousseff en Naciones Unidas. Dijo que la entusiasmó, no porque nos tirara flores, sino porque "estamos en la misma onda." Según Cris, los países centrales nos quieren transferir la crisis a los sudamericanos y nosotros estamos resistiendo -a fuerza de imprimir billetes sin respaldo- como corresponde, porque "somos los que hicimos crecer al mundo en los últimos diez años." No, no tiene remate.
Mientras Sabbatella decía "ahora me toca a mí", a la Presi se le dio por el cepo cambiario y recordó que el cepo es un elemento de tortura. Quienes padecimos a Suárez Lastra, Grosso, Bauer, Domínguez y De La Rúa como intendentes, recordamos al cepo como un aparato de tortura atroz, capaz de producir dolor testicular sin ser aplicado sobre el propio cuerpo. La Presi, en cambio, reconvirtió el concepto de molestia inglinal y dedicó varios minutos a explicar por qué en Argentina no hay cepo: tantos millones a importaciones, otros tantos palitos a pagos de deudas y unos verdes más para turismo, aunque aclaró -por si hiciera falta- que esos dólares no son al portador. No pudo decir ni media palabra del impedimento de comprar billetines gringos por particulares, pero pidió que dejemos de llamarle cepo, porque "es feíto." Después de todo, sólo se trata de una cuestión de imagen, como el cartel "date una vuelta por el futuro" que tapa la villa 31. Para redondear el tema del cepo, Cris aseguró que se puede viajar tranquilo porque vio argentinos en Nueva York, que es algo así como asegurar que hay vida en la Luna porque vio un astronauta caminando por la misma.
Sabbatella codeó al de la silla de al lado y le dijo "ahí vengo yo." Siguió participando. La Presi, dispuesta a dar la batalla por el copyright del chamuyo, habló de "la jauja y timba cambiaria." Según la exconstructora de pirámides africanas, "en ningún país del mundo se puede comprar dos millones de dólares por mes." Por suerte, esas conductas que generan palos en las ruedas de este trencito de la alegría que nos lleva a la liberación, ya son cosas del pasado y no se ven más casos como el de este desconsiderado que, para aprovechar el estallido de la crisis internacional tras la quiebra del Lehman Brothers, compró -vaya coincidencia- dos millones de dólares.
Fuente: Perfil.com
Varios casi se sofocan cuando escucharon "quizás cometimos el error de no hablar con los números claros de lo que había pasado en la Argentina", pero volvieron a respirar con alivio al notar que se refería solamente a la joda de la especulación en moneda extranjera que llevaron adelante personas como Néstor Kirchner. El susto dio lugar al silencio cuando la Presi recordó la corrida cambiaria que se desató al ganar ella, en base a un rumor de devaluación, "que como verán, no sucedió." Y como tiene razón, es lógico que pusiera un tipo de cambio bajo para los que viven de girar remesas al exterior, y uno un 40% más caro para aquellos que sólo desean guardar un resto de poder adquisitivo o comprar un inmueble sin recurrir al Quini House presidencial, hoy reconvertidos en timberos financieros.
Y ya que hablamos de viviendas -aguante un cachito, Sabbatella, ya le toca a usted- la Presi dijo que sólo se justifica la toma de deuda cuando se va a construir una gran obra, "como cuando te endeudas para comprar una casa, pero la casa te queda." Genia total, barrilete cósmico de la fortuna construida a base de la ejecución de hipotecas usurarias, ídola titánica del verso.
Mientras Sabbatella hacía pelotitas con los mocos del embole, le llegó su turno. Avisó que firmó el decreto en el que se lo nombra titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) y criticó a los que lo trataron de oficialista, cuando en las elecciones de 2009 fue por otra lista distinta de la de Néstor Kirchner. Así, con un Sabbatella opositor, el astro de Morón volvió a su eterno y comodísimo segundo plano, dado que la Presi quería hablar de Guillermo Moreno.
"Ver el féretro de un funcionario con un tiro en la cabeza me parece espantoso," afirmó Cris. Desde mi humilde opinión, tiene razón. No comparto la técnica comunicacional de ir con las mismas armas que utiliza el oficialismo, pero la veo a mi vecina haciendo malabares para comprar en el exterior -a 70 mil dólares blue- lo que acá no puede conseguir a un precio ya poco razonable, y me dan ganas de justificarlos. No comparto el mecanismo de la violencia ni del chascarrillo que envuelva algún fin violento, pero me viene a la mente el recuerdo de la familia de Sebas y los entiendo. Sebas sufría de epilepsia. Sebas estaba en un tratamiento que podría haberlo salvado. Sebas estuvo cuarenta días sin las inyecciones que necesitaba, dado que no entraban. El padre de Sebas perdió tiempo irrecuperable que podría haber pasado al lado de su hijo, para ir a deambular -en vano- de farmacia en farmacia en busca del puto medicamento. Los amigos de la familia de Sebas bombardearon la casilla de mail de "pedidos" de la Secretaría de Comercio y no recibieron ni un "veremos qué pinta." A Sebas le tuvieron que inducir un coma. Cada vez que intentaban evaluarlo, convulsionaba y debían dormirlo de nuevo. La droga que necesitaba Sebas es importada y finalmente llegó al hospital en el que estaba internado, pero con dosis sólo para una semana. Sebas pasó tres semanas más en coma. Sebas murió. Sebas tenía 11 años. ¿Se podría haber salvado? Sólo Dios sabe, pero de lo que no hay ninguna duda, es que podría haber sobrellevado la enfermedad con una dignidad lo más humana posible y que no se habría privado a sus seres queridos de pasar al lado de él sus últimos instantes, si no fuera por una manga de inadaptados sociales disfrazados de funcionarios a los que hay que tenerles respeto porque sí, como si creyéramos en el Rey Sol absolutista y no tuviéramos todo un aparato legal pensado para impedir que estos crotos con títulos nos traten como meros números, como daños colaterales en el camino de la supervivencia de un modelo pedorro.
Y todavía se dan el lujo de ponerse en víctimas. Si el papá de Sebas reaccionara del modo más entendible, el forro de Alak diría que es un mafioso y lo denunciaría penalmente. Y aquí es donde vuelvo a la cuestión de no compartir una técnica y, al mismo tiempo, no saber como reaccionaría ante idéntica situación, aunque deduzco que tendrían que venir a visitarme. Pero Cristina sostiene que "cuando nos parece que alguien es violento, agresivo, que viola derechos, que viola el Código Penal, no hay que responder" sino que hay que tomar un abogado, ir al primer juzgado y hacer la denuncia, porque "ese es el camino que nosotros tenemos que vivir en una sociedad democrática." Cabe aclarar que la última persona que hizo eso, acusó a Guillermo Moreno de amenazas, agresiones y violencia de género. Cristina estaba en Harvard y no se enteró.
Para la Presi, hay que seguir el ejemplo de las Madres, que nunca amenazaron a nadie -supongo que deberíamos excluir a la antisemita, racista y festejadora de atentados, Mamá Hebe- y aprender a tener diferencias de criterios. Por ejemplo: ella puede poner un avión bancado por nosotros para traer al marsupial del hijo a atenderse la rodilla en el hospital del Opus Dei, mientras nosotros rezamos para que no nos agarre ninguna peste, pero sin chistar, dado que sólo tenemos una diferencia de criterios. Según ella, todo se logra con mayor militancia y sin necesidad de arrastrar cajones para construir identidad política. Según la Juana I de Castilla vernácula, a los muertos no hay que utilizarlos, sino honrarlos -como hace ella que apela al recuerdo de su Felipe no tan Hermoso cada vez que le pinta- dado que la identidad política no se construye sobre fallecidos. Quizá es por ello que no le da ni cinco de pelota a los muertos por la inseguridad: no aportan a la identidad política.
Para redondear, quiso hacer una defensa a sus dichos sobre la Universidad de La Matanza y leyó un comentario de una estudiante de la UNLAM que recordaba "cuando el 17 de octubre de 2008 la Presidenta vino a hablar, mientras los inadaptados se mataban en San Vicente." Aclaró que la chica no recibe ningún plan y afirmó que se acuerda con lujos de detalles todo lo ocurrido "aquel 17 de octubre de hace cuatro años", a tal punto que hasta dio información climática de la jornada. Emocionante y conmovedor hasta las lágrimas el relato del apoyo incondicional y la memoria de Cris, lástima que el tiroteo de San Vicente fue en 2006 y Cristina ni siquiera era Presidente.
Al finalizar, sostuvo que no Perón y su segunda esposa no querrían que utilicen sus nombres con fines políticos -juro que no es joda- para luego dar paso al notición de la semana: la pobreza es del 6% y la indigencia del 1%. Y así, mientras Sabbatella buscaba quien lo salude, la Presi afirmó que los números son claros, agradeció y se fue a saludar a los camporitas que cantaban, porque no había nada mejor que hacer un lunes al mediodía.
Martes. Nos quejamos de llenos.

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