El fin del clientelismo


A la presidenta la preocupan y asustan las cacerolas, y tiene razón. Salen de la lógica que ella entiende. Cuando allá por el 2003 llegó al gobierno la dupla feudal que había dominado Santa Cruz con re-re-reelecciones eternas, se supo que el matrimonio entendía a la política como la obtención del poder mediante la billetera y por eso intentaba manejar discrecionalmente los dineros públicos para captar simpatías hasta en los opositores.
A la gente buena la atrajeron con la fachada de los Derechos Humanos y una justicia que indultaba a los propios para condenar a los ajenos verde oliva.
Pero como decía Abraham Lincoln "Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo" y la gente buena se va despertando y evaluando si lo positivo que ejecuta el gobierno cuando es puesto sobre una balanza, se desmerece por el nivel de corrupción que lo infecta.
Pero para poder comprar voluntades hay que hacer el trámite con quienes lo representan. Así hemos visto como Gendarmería se infiltraba en los movimientos sociales para averiguar quién tenía la manija o había que comprar ya que a diferencia de los partidos políticos suelen ser comandados por librepensadores ocasionales, supuestamente peligrosos. La militancia política a los ojos de un kirchnerista es una limitada oferta de descuento en supermercado que debe ser aprovechada y el valor de la inversión dependerá de la cantidad de ciudadanos que adhieran a esa vertiente política. 


Cuando su criadero Camporista pierde las elecciones en todas las facultades y las cacerolas representan el disgusto del pueblo sin banderías políticas ni intereses comerciales, la presidenta sale a recomendar que mejor busquen algún proyecto político que los represente y así canalicen sus ideales en una militancia que ella pueda seducir con algunas monedas de curso legal. 
Como en el dibujito de arriba, a la presidenta le conviene que usted no sea librepensador y que el pueblo no se exprese libremente porque es tal vez la manera más peligrosa que puede existir de democracia. La democracia que actúa sobre los corruptos sin filtro ni mediadores que la regulen en sus explosiones incontrolables de indignación popular.

 
Mientras usted se afilie y sea obediente a algún sector político, el gobierno tendrá herramientas para combatirlo y defenestrarlo. Pero si usted juega de "libero" no pueden saber si ese "no sabe no contesta" en el que usted se ha convertido, la va a votar en las próximas elecciones o no.
Ante la falta de proyectos que nos representen en la oposición, la fuerza y poderío del voto independiente se hace mucho más patente. Usted verá como los integrantes de los partidos políticos existentes se han beneficiado y enriquecido tanto o más que los kirchneristas durante los últimos 10 años. ¿Entiende por qué no tienen real vocación de acceder al gobierno?, ¿Por qué no ceden en sus pretensiones y forman una coalición o nueva alianza que pueda enfrentar al corrupto kirchnerismo?


Ya han sido comprados y la gente que se suma dentro del partido, pero no recibe ningún beneficio, se mantiene unida por un carnet de afiliado que no se condice con las ideas que el partido supo representar.
La fidelidad del militante solo es comparable a la de una hinchada de fútbol y muchas veces con la misma inteligencia colectiva, ya que solo por lealtad se puede continuar asociado a equipos que juegan cada día peor.
Cristina necesita que usted se afilie a un partido porque no puede comprar a cada ciudadano individualmente a no ser demostrando un buen gobierno o regalando planes descansar. Y como buen gobierno no hay ni existen planes, lo que le queda es comprar a quienes representan a la oposición en los partidos, en el Congreso y en el poder Judicial.


No tenga duda de que si se formara el partido de las Cacerolas, a los pocos días llegaría un representante del gobierno a "arreglar" con quien maneja el estofado y se terminaría su representatividad.
Hoy Cristina es víctima de una conspiración que utiliza la verdad en su contra. El pueblo se va despabilando y mientras no se case con ningún partido político algún día será un tsunami de fuerza incontrolable que arrollará con sus aguas toda la inmundicia de un gobierno corrupto y clientelar.

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