No banalizar la marihuana


No banalizar la marihuana
Por Susana Barilari PSICOLOGA, CODIRECTORA FUNDACION PROYECTO CAMBIO

20/06/12

Desde hace más de veinte años trabajo en un programa ambulatorio de rehabilitación de la drogadicción.

En estos años, el contexto social de nuestro país ha cambiado enormemente. En diversos momentos surgió el interés oficial por querer ocuparse del tema de la adicción a sustancias tóxicas y alcohol, y según quién lo ponga en marcha, le dará distintos contenidos ideológicos.

Muy pocas veces se plantearon propuestas adecuadas y de éxito. Pero muy pocas veces se puso el énfasis en la salud.

¿Qué les pasa a los jóvenes que consumen sustancias tóxicas? ¿Cuáles son sus conductas? ¿Es igual a cualquier edad? En nuestra área laboral tenemos contacto con jóvenes a partir de los catorce años en adelante.

El observar esta franja etaria nos permitió reconocer determinados patrones de conducta , que son el resultado del consumo de sustancias.

Actualmente hay una gran “banalización” del consumo de marihuan a. Se lo considera de no riesgo y por lo tanto, muchos jóvenes lo incluyen en su vida diaria considerando que no conduce a ninguna situación de peligro.

En un joven en desarrollo, en comienzo de su adolescencia, el efecto es diferente pues los cambios de conducta que produce el consumo modificarán su plan de vida y de crecimiento . Si un adulto decide hacer uso de sustancias o de alcohol, hace su elección desde un determinado nivel de desarrollo emocional, económico, social, de acuerdo a su escala de valores y su plan de vida.

Los cambios de conducta que más observamos son modificación en sus hábitos diarios -a veces tan sutiles que cuesta reconocerlos-, débil contacto con sus tareas de estudio, desinterés, apatía, comienzo de muchos proyectos que no llegan a concretarse, dificultad en el contacto con su familia, conductas impulsivas y un descenso del contacto emocional con sus vínculos más próximos.

La adolescencia es el momento evolutivo de mayor riqueza, que queda anulado o empobrecido cuando el consumo es parte de lo cotidiano . Por eso, asumamos que el consumo de sustancias es un tema de salud y desarrollo, no sólo jurídico.

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